ZURICH El casco histórico en pocas horas.
En un entorno espectacular entre ríos, y acariciada por el Rio Limmat, la urbe más populosa de Suiza no es una ciudad especialmente visitada. Decir «populosa» es siempre dentro de los civilizados parámetros helvéticos de una ciudad con una de las mayores calidad de vida, y en donde viven en su entorno urbano un millón de habitantes, y casi 400 mil en la propia ciudad. Había estado hace mucho tiempo, y tengo vagos recuerdos.
Un coqueto casco histórico, tranvías de aquí para allá, y sobre todo chocolate, bancos, y relojes de cuco (junto con otras tiendas más opulentas). 24 horas para descubrir sus cinco elementos más esenciales.
La localización en el centro de Europa, la hacen tener una relativa actividad histórica, en los somnolientos parámetros de la historia Suiza. Pero cierto que hay algo más que Guillermo Tell, en su pasado. Desde la romana Turicum, centro de poder esencial en el siglo XIII con la Confederación Helvética, a las escaramuzas de Napoleón, y numerosos conflictos religiosos. Hoy por hoy, el único conflicto que sacude su ciudad es el devenir de su potente actividad financiera.
Imprescindibles de Zurich en una tarde.
Comencé la exploración en la Hauptbanhof o sea, la activa estación de ferrocarriles, en donde confluyen multitud de tranvías autobuses y sobre todo trasiego de personas. Como cualquier país puramente invernal, la vida es especialmente activa cuando el sol comienza a apretar, y aunque había huído del calor español, en Suiza el día estaba especialmente pegajoso.
El casco histórico, que es lo que me interesaba, se encuentra situado a las orillas del algo es río Limmat, que confluye en el lago Zurich unos metros más adelante.
Malas lenguas me habían dicho, que la ciudad no tenía especial interés. Craso error. El no haber sufrido devastaciones de la Segunda Gran Guerra había permitido conservar un patrimonio de postal. Era sábado y en las terrazas la gente comía al fresco. Adoro la ciudad.
1) Hay que callejear por, Niederdorfstrasse, serpenteante y bulliciosa. Neumark, la parte más antigua de la ciudad y sobre todo por Augustimergasse quizás la más bonita del casco histórico. Aunque la zona vieja tiene decenas de esquinas encantadoras.
2) Visitar alguna de sus iglesias en donde destaca la Grossmünster, la catedral de la ciudad y cuna de la reforma calvinista. También San Pedro con la torre cuadrada más grande de Suiza.
3) Caminar por el lago y dar un paseo en alguno de sus barcos. También por las orillas del Limmat. La ciudad es acuática por excelencia. Con un panorámico lago, a donde desemboca el Río Limmat, que Corta en dos el casco histórico. No es que sea Venecia, pero las fachadas que miran al río, son las más hermosas, y espectaculares de la ciudad.
Un enjambre de embarcaciones nos ofrecen todo tipo de paseos. Desde los más cortos, hasta más allá a las orillas del Lago de Zurich. Altas montañas adornan el precioso lago, haciendo el conjunto, uno de los más maravillosos del país.
4) Visitar el mirador Lindenhof, en el lugar donde se hallaba un castillo es ahora un punto perfecto para ver los tejados del Casco Histórico. Tejados de Zurich. Adornados, altivos, y en una especie de laberinto apelmazado de techos históricos. Chimeneas de alturas imposibles, melancólicas ventanas, iglesias al fondo.
5) Comer en el exterior, comprar, mirar No hay templo gastronómico, como el emblemático Schwarzenbach, un delicatessen tradicional desde 1864. Para chocolate, adoro Läderach en la arteria más lujosa de la ciudad, la Bahnhof Strasse, en donde podemos comprar alguno de los lujosos relojes de marcas de élite. ¿Qué tal un paseo en tranvía?.
Tras la intensa jornada no hay nada más reconstituyente que una contundente fondue en algún lugar como el Raclette Stube. Exquisitas.
Zurich es una de las ciudades más caras del mundo. Sus hoteles, usualmente muy mediocres, alcanzan precios astronómicos, sobre todo en verano. En una zona anodina, un hotel anodino, cerca del anodino aeropuerto de Zurich fue mi elección. Ibis es sinónimo de buen precio, calidad decente. El Ibis Zurich Messe Airport no es un ganga, pero es accesible. Unos 95 euros a 7 kilómetros del centro.
Limpio, moderno, y cómodo queda lejos del centro. Hay shuttle desde el aeropuerto, y al centro hay que tomar un bus local desde la puerta, y hacer un cambio a un tranvía, para dejarte en plena estación central de Zurich.
Ibis Zurich Messe Airport
Heide Abel Weg 5
8050 Zurich