Un paseo por Ourense

Hay días, en los que el sol es una bendición en Galicia. Los tonos verdes del frondoso campo pugnan en brillantez, y comienzan a explotar las mimosas; salen flores, y árboles están en flor. No se me ocurre nada mejor que un paseo por la ciudad. Situada en en las orillas del rio Miño, en un valle fluvial, es llamado por muchos «pota ourensana» por «cocer» a sus habitantes en los implacables veranos «ourensanos».

Ourense es una ciudad pequeña, en donde el pulso diario transcurre sin prisas, a veces hasta puntos insospechados. Yo la llamaría «stress free»; una buena tradición comercial, buen xantar, y sobre todo algo que la hace única: su carácter de capital termal de Galicia. Si tenemos poco tiempo, os cuento cuales serían mis «top 5», no significando por ello, que sea una visión completa.

Ciudad de las Burgas, o manantiales, Ourense nos ofrece una conexión con el profundo magma de la tierra en forma de más de 100  manantiales brotando a temperatura de 60 a 67 grados. La primera, la terma urbana del centro histórico, sus fuentes centenarias con poderes curativos, y lo más nuevo las piscinas termales que se extienden a lo largo del río Miño, y hace las delicias de propios y extraños. Nombres como Chabasqueira, Outariz son  perfectas para descansar y revitalizarse.

2) Catedral de San Martín

El entorno de la catedral es perfecto para tomarse unos vinos en sus activas calles llenas de tabernas, comer, comprar un producto artesano gastronómico en los antiguos «coloniales», pero la catedral en si, es un lugar precioso para visitar para después de un relajante baño. Aunque el edificio actual es del siglo XII, tiene orígenes muy antiguos, es una pequeña joya que mezcla varios estilos de forma magistral (sobre todo gótico y románico). El maestro Mateo dejó también su impronta en la catedral con una versión simplificada del Portico de la Gloria Compostelano.

Une el epicentro comercial de la zona nueva, que podría ser la Plaza San Martín, con el casco histórico. Peatonalizado, es un bulevar lineal que conserva edificios decimonónicos, cruza alguna recolecta plaza, y además de una interesante colección de tiendas de bastante fuste es el lugar de la población local, para ver y dejarse ver. Y sobre todo hacerse la foto con uno de los iconos de la ciudad que es la estatua de la Lechera de Ramón Conde

4) La Ourense de las Plazas.

Una de las más hermosas, es la triangular de la Plaza do Ferro, en pleno casco histórico, y que parece sacada de una postal. Soportales, cafés tradicionales, se sitúa entre el paseo, y la zona de los vinos. La guinda del pastel la corona una estilizada fuente que estaba en el monasterio de San Esteban de Ribas do Sil. Pero el corazón de la urbe es un opulenta Plaza Mayor. De origen medieval, siempre ha sido el corazón de la urbe. Desde los soportales podemos ver el precioso edificio del ayuntamiento del XIX, o el Museo Arqueológico.

Cuando entramos desde lo alto, y bajamos hacia la ciudad vemos una red tupida de altos puentes del más diverso pelaje y estilo. Carreteras, viaductos del tren, pero el «original», y dando muestra de sus orígenes romanos, el puente romano es una joya monumental que fue cerrado en 1998 al tráfico, y devuelto a los ciudadanos para su paseo y disfrute. El más «fashion» moderno es el del Milenio de 2001, con una laboriosa estructura de pasarelas volantes imposibles, que hacen las delicias de personas, que quieren mantener el colesterol a raya.

Si me preguntáis por que visitar Ourense, os diría dos palabras «buena vida».