PASEO POR TURKU: La urbe amable.
Turku no solo destaca por ser una de las ciudades más industrializadas de Finlandia, sino la sede de famosos astilleros, que construyen algunas de los buques de cruceros más grandes del mundo. Monumentalmente hablando, no podemos decir que sea significativamente importante.
Sin embargo, tras haber sido incluida en las escalas de algunas navieras, se esté poniendo de relevancia que es una ciudad con otro tipo de atractivos que en si justifican su visita. Si la entrada en la urbe por mar es un panorama fantástico de agua, casas de madera, y naturaleza que explota en un mar de colores en temporada estival, la urbe en sí es un compendio de tranquilidad, hasta el punto de definirla como un lugar de sosiego.
El agua juega con la ciudad, en todos sus flancos, que está resguardada por un rosario de islas en la bahía. Es un juego amable, y una costa recortada que se esconde entre mil y un recovecos.
El puerto queda prácticamente a pie de centro, y es una ciudad medianamente caminable, teniendo también en mente que la red de transporte es envidiable, como toda ciudad Escandinava que se precie. Comenzamos por el Castillo de Turku, en los aledaños del puerto, en la misma Calle Linnankatu.
Debemos descartar la idea de una castillo tradicionalmente hablando, sino algo como una gran fortaleza-casona blanca, completado en 1280. Con un aspecto bastante bucólico, a pasar de su pasado turbulento, posee un patio hermosísimo y lineal, con uno interiores que ofrecen una mezcolanza interesante de artículos de la historia local. Justo enfrente debemos echar una mirada al Forum Marinum.
Un lugar repleto de barcos históricos, y más de 3500 objetos relacionados con la historia marítima de Finlandia. Incluso si no estamos interesados en la historia naval, conviene visitar el Café Restaurante Daphne,
uno los lugares más populares de la ciudad.
El espacio más escénico de la ciudad es el Río Aurajoki. No es que sea el Sena, pero sus orillas, hoy convertidas en uno los bulevares más bohemios de la ciudad, cruza el epicentro de la ciudad, y desemboca en el puerto de cruceros y ferries. Una explosión de vida nocturna en una ciudad especialmente famosa, por el jolgorio “a la finlandesa”. Una boulevard marino, con sus iluminados barcos-restaurantes históricos. Turku es una ciudad de museos, pero no hay ninguno más relevante que el Aboa Vetus, y el Ars Nova, en Itainen Rantakatu, en las inmediaciones del bulevar del río.
En el primer caso nos encontramos con los únicos vestigios medievales de la ciudad, con una recreación de la vida local de la época, y el Ars Nova viene a ser un interesante museo de arte moderno. El Aula Café, en el propio museo es un interesante lugar para un descanso y recargar fuerzas. A la altura del Puente Aura, torcemos, a la derecha por Auragatan, la calle más importante de la ciudad, y en donde tenemos la oficina de turismo, hasta Kauppatori, que es una gran plaza cuadrada, epicentro de la ciudad, presidida por una Iglesia Ortodoxa, que atestigua la conexión con la historia rusa.
Pero no los mencioné aquí; el finlandés tuvo que luchar contra todos los invasores, para lograr su independencia, y los rusos no fueron su mejor vecino. En las calles aledañas, tenemos la oferta comercial de la ciudad y algunos edificios de estilos peculiares. Volviendo sobre nuestros pasos, cruzamos el río, y un poco más arriba, en Tuomiokirkkotori, tenemos la catedral, uno de los edificios más antiguos de la ciudad. De aspecto imponente, posee unos interiores espartanos y un poco decepcionantes. Dedicada a nuestra señora, fue concluida en el siglo 1300.
En los aledaños de la catedral, encontramos la plaza antigua más bonita de la ciudad, y que todavía conserva una interesante colección de edificios antiguos.
Sin duda, mi recomendación estrella, y en si lo más interesante de la ciudad es el Museo de Luostarinmaki, que en si no es un museo tradicional sino el único barrio que quedo intacto después del gran incendio del siglo XIX.
Es como volver al pasado; un entramado de callejuelas con casas de madera, que concentran en su interior una reproducción de oficios tradicionales, y mobiliario antiguo. Todavía es posible ver a artesanos vestidos con ropas antiguas trabajando en varias gremios artesanales. Está justo detrás de la catedral, y del Parque Vartiovuori.
Desde la catedral torcemos por Uudenmaankautu, de nuevo a la derecha por Osterlanggatan y finalmente de nuevo por Tähtitorninkatu, hasta las puertas del parque.
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