KAVALA: Dos mundos en uno.
Tengo que reconocer que jamás había oído hablar de Kavala. La imagen del casco histórico sobre una colina es de una potencia visual destacable. Muy al norte, es la primera ciudad griega casi pegada a Turquía. Una especie de zona que pasó de mano en mano tras guerras, conquistas y reconquistas, y que muestran una bicefalia sorprendente. ¿Turca?, ¿Griega?. Es Kavala, una especie de fusión de dos países, que hasta la fecha no tienen demasiado buen rollito.
Como toda ciudad costera, destaca su puerto, playas, paseo marítimo, pero no solo eso. Su parte moderna es anodina y no ha sido levantada con especial cariño. Sin embargo, dejando los atractivos costeros hay cinco cosas deberíamos visitar en Kavala.
-Acueducto.
Con un aspecto «lavado», ha transportado agua a los habitantes de la ciudad durante cientos de años. Un portento monumental, que es visible desde la lejanía, como una larga serpiente, que se mete por los barrios de la ciudad.
Quizás la joya monumental por excelencia, este imponente acueducto intacto va desde el centro histórico, por medio de la ciudad. Sesenta metros de altura, fue levantado en 1550, y fue una de las obras de ingeniería más relevantes de su época.
-Casas Bizantinas
Son parte de un rico período mercantil, cuando en la ciudad florecía el comercio. Una vez que nos metemos en el casco viejo, el costoso paseo hacía arriba, esta mitigado por decenas de lugares pintorescos, casonas antiguas de estilo otomano, y esquinas de belleza imposible en donde cuelgan buganvillas y otras plantas. Casas coloristas, y cada cual más altiva nos ofrecen momentáneos periodos de pausa, hasta llegar a la cumbre.
-Legado turco:
Otros puntos serian el Museo y Monumento de Ibrahin Pacha. Fundador de la última dinastía egipcia, su antigua casa solariega del siglo XV es muy hermosa. También conviene visitar la Estatua de Mohamed Ali
–El glorioso pasado del tabaco.
Dimarchio es el ayuntamiento y era una antigua mansión de un terrateniente del tabaco, principal actividad mercantil de Kavala durante años. Quedan otras opulentas mansiones en el centro y un museo del tabaco.
-Iglesia de San Nicolás.
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Después de una exploración entre San Nicolás y la Plaza central de Platia Eleftheria, hay una serie de callejuelas peatonales con tabernas típicas, terrazas bajo parras y vegetación. Tiendas tradicionales, pastelerías y locales para disfrutar de una buen plato de cocina griega. No es que sea especialmente monumental pero si muy típico.