EMIRATOS: Dubai. La moderna Babilonia

Costa Cruceros fue la primera naviera en vislumbrar el potencial turístico de una de las zonas más opulentas del planeta, en donde se mezclan de forma magistral, y sin estorbarse, tradición y modernidad. Una especie de Las Vegas en Oriente, atractivo y hermoso para las restrictivas mentes de otros países del entorno, pero con discrepancias extrañas, que supone aplicar puro integrismo en las costumbre más íntimas como enviar SMS subidos de tono.

Tras un reparador descanso, el horizonte moderno de Dubai, una mezcla entre Manhattan, y escenario de Blade Runner, lo domina el Burg Dubai, hoy Burg Khalifa, el rascacielos más alto del momento.

Estilete rasgando en impoluto cielo dubaití y con sus estructura brillando por efectos del sol, es visible desde kilómetros. Lo primero que noté al salir del barco tras haber dormido algunas horas es la sensación de benignidad de la zona.

Cuando el invierno aprieta en nuestras latitudes, esta zona del sol perpétuo es suficiente atractivo, para viajar ya que te permite andar con atuendo veraniego en pleno mes de enero. Necesitaba tomar el primer contacto con la Babilonia del de Siglo XXI.

Aunque tenía pocas horas para visitar algo de la grandiosa ciudad, intenté por todos los medios que el taxista “yes, yes”, me llevase al Burb Dubai, pero mi lucha fue infructuosa. Al final ,fue un mega tour para justificar los 40 euros que quería cobrar.

Pero la famosa torre tendría que quedar para el regreso del barco, que también disponíamos una noche en puerto. Eso si, tuve tiempo para onmipresente foto con el hotel Burg el Arab, considerado como uno de los iconos monumentales, mas destacados de la ciudad.

Dubai, centro creciente del turismo de élite, ha sido pillado con las manos en la masa. Grandes dosis de especulación, y una carrera desbocada por desbancar a la rival Abu Dhabi, en hacer una mega ciudad en medio de las arenas del desierto, es el reino de los superlativo, y hasta demente.

Miles de rascacielos, marinas, islas artificiales de elegantes residencias, centros comerciales masivos con pistas de patinaje, hoteles impresionantes, todo ello en una red capilar de inmensas autopistas e infraestructuras de momento fallidas. La crisis ha frenado la loca carrera, y vemos a la ciudad como un frustrado proyecto en obras.

Una especie de parque temático comercial-turístico-financiero, decorado de película “péplum” entre gruas, que no obstante no deja de sorprendernos con tanta opulencia, todo visto de forma furtiva y apresurada, porque el Luminosa se presta para salir hacia Muscat, y lo hace dejando al Queen Elizabeth, con un cierto nivel de roña a su izquierda, y sin muchas trazas de plasmar el megaproyecto que las autoridades de Dubai, tenían para ella.

DUBAI EN IMAGENES

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Cinco cosas que hacer:

-Perderse en el casco histórico de la ciudad, y visitar el zoco del oro. Un paseo en una barca local.
-Tomar un opulento té en el Hotel Burj Al Arab
-Comer en el restaurante-acuario del Hotel Atlantis
-Esquiar en el centro comercial Mall of the Emirates.
-Aparte del bus turístico, huir en una excursión 4×4 al desierto.

No debes hacer

-Fotos a mujeres con chador. No se lo toman bien.
-Caminar. No es una ciudad pensada para ir de punto a punto a pie. Es discontinua.
-Burlas a cualquier foto de la familia real que domina Dubai
-Actos de amor en público. Están penados.
-No intentar subir al Burg Khalifa sin reserva previa. Puede salir caro.

El anochecer es mágico, no en vano las miles y una noches, son autóctonas de la región, y nos permite soñar en cubierta viendo como el Burg Khalifa, pincha el cielo hasta convertir el anochecer en una orgía de luz sanguínea.

Cierto, la luna es más grande en el Golfo Pérsico. El mar se mostraba inusitadamente tranquilo, y aunque mi camarote interior, no era muy ilusionante, ofrecía todo tipo de comodidades para una singladura placentera. Poco importa; la ruta están cautivadora, segura, y barata que en mi cabeza fluyen planes, sueños, ideas y sobre todo ganas de empaparme en una cultura especial.