EMIRATOS. Abu Dhabi. La Miami de Oriente Medio
Abu Dhabi es la capital por excelencia de los Emiratos, quien tiene más petróleo, y sostiene económicamente al resto, hasta el punto de haber salido al rescate de la díscola Dubai, que en un golpe de “nuevo rico” quería desbancar a la tradicional metrópoli del Golfo Pérsico. Ya se sabe, en todos los lados, la rivalidad “de vecinos”.
Situada en una isla, y rodeado de playas de arenas finas, y aguas turquesa, nos parecería que estamos en Miami, sino fuera que vemos que los Cayenne, BMW, Mercedes, Porsche están conducidos por árabes con chilaba y tocado tradicional, y damas con el pelo cubierto, pero luciendo gafas de Prada o móviles de nueva generación algunos de ellos con incrustaciones de diamantes.
Una de las ciudades más bulliciosas del Oriente Medio, ha apostado por el crecimiento seguro, sin las excentricidades de su vecino Dubaití. Con un espíritu muy acuático, el agua entra por las infinidad de islas que compone la ciudad.
Y todo es un despliegue de poderío en Abu Dhabi. No solo por sus aceras del mármol sus rascacielos de diseño, su equipamiento urbano de lujo, o que este plagado de mansiones con flores. Tampoco lo es por sus centros comerciales, y la sofisticación del Emirates Palace Hotel, sino por el despliegue de lujo arquitectónico que representa la nivea gran mezquita de Abu Dhabi.
Es como volver a la época de Saladino. Inmensa, asoballante, clásica, es esencialmente una joya de mármol, piedras semipreciosas, alfombras de artesanía y lámparas de fino cristal. Una muestra soberbia de monumentalidad, de nuestros tiempos.
Entremos en detalle.
Mezquita de Sheikh Zayed
Es su nombre propiamente dicho. Y cuando la vislumbras, parece que estas acercándote a un reino mágico. Blanca, impoluta, hermosa a rabiar, es el ejemplo perfecto que con petrodólares se pueden levantar verdaderos monumentos en pleno siglo XX. Aunque parece que le sobran los años, su aspecto pristino, y nuevo nos hace darnos cuenta que fue terminada recientemente; mas concretamente en 2007. Un lugar en donde no se ha escatimado en monumentalidad, lujo, y ostentación.
De hecho sus 20.000 metros cuadrados la hacen la tercera mayor del mundo. Proporciones colosales, patio inmenso, minaretes de 107 metros, y 82 bóvedas es el monumento por excelencia de toda la zona. Cuando entramos en su interior, vemos una decoración árabe ecléctica con influencias de varios países musulmanes del mundo, y profusión de lapis-lazulis, amatistas, onix, nacar, y sobre todo inmensas lámparas de 47 toneladas de cristal Swarovski sobre una de las alfombras más grandes del mundo. Exactamente pesa casi 50 toneladas, y fue elaborada a mano en Irán.
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