CRUCEROS: UN DÍA EN LISBOA
La capital portuguesa, cada vez está más de moda . Mimosa, meláncolica, atractiva, monumental y terriblemente hermosa. Una ciudad verdaderamente guapa en todos los conceptos. Los cruceros posicionales la tienen como escala esencial, y ahora cada vez como punto para salidas regulares, que parten de Vigo, Cadiz, Málaga, e incluso desde otros puntos. Sin intentar dar una visión completa, ¿qué podemos hacer durante unas horas?. Ahí va mi lista de recomendaciones.
En Lisboa puedes atracar en el centro, o en otro puerto de cruceros bastante lejos del centro, justo al lado del Puente del 25 de Abril. La forma más rápida de llegar al centro, es tomar un taxi. No obstante hay un tranvía, y numerosos autobuses que van desde el puerto, al centro de la ciudad.
El único problema, y a pesar de que la calle esta a unos 100 metros, hay un muelle por el medio, y la última vez que me pasé no se podía cruzar caminando. Había un bus gratuito del puerto, que llevaba a los pasajeros hasta el otro lado, dando una vuelta de un par de kilómetros. Todos los autobuses, tranvías te dejarán en la Placa do Comercio, la más hermosa de Lisboa, grandilocuente y en comunión con el mar. Por aquí entraban y salían todos los navegantes famosos, y por aquí entró el catastrófico tsumani que asoló la ciudad en el siglo XVIII, destruyendo el Palacio Real. Centro neurálgico de comunicaciones y la cara hermosa de Lisboa. Es una plaza rodeada de soportables con la estatua del rey José I en el centro, cuyo ministro el Marques de Pombal es el artífice de la reconstrucción de la nueva Lisboa que se extiende en rectilíneas calles que suben desde la derecha e izquierda de la plaza.
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Aparte de callejear por estas callejuelas comerciales, sus cafés sus tiendas tradicionales, pues conviene subir por la Rua Augusta (paralela a la Rua Aurea) la principal, y que comunica la Placa do Comercio con el la Plaza do Rossio, un lugar más recolecto pero igualmente grande. Es la plaza más hermosa de la ciudad, con la do Comercio. Es el corazón de la ciudad, y el lugar más melancólico y tradicional de la Lisboa de siempre. En el flanco norte tenemos el Teatro Nacional, en el centro la estatua de Pedro IV y a la derecha la enorme Plaza da Figueira.
En la parte este, tenemos una vista hermosísima de la Ciudad Alta, llamada también Chiado, el Casco histórico tradicional que después del terrible incendio de los ochenta, ha renacido de sus cenizas para convertirse en una zona más de moda. Para ello, hay que coger el Elevador de Santa Justa, no sin antes tomar un café con un “Pastei de Nata” en el Café Nicola, lo más tradicional, antiguo, decimonónico que existe en toda Lisboa y un lugar en el que hay que tomarse algo.
Se puede subir además del Elevador de Santa Justa (esquina inferior izquierda de Plaza Rossio) podemos ascender por el elevador da Gloria (o ideal para subir uno, y bajar el otro) y que se llega por la salida superior izquierda de la plaza Rossio, pero ojoooo. Hay carteristas que te dejarán sin blanca en el abarrotado elevador. Yo mismo fui objeto de una robo, en menos de nada. Hay varias zonas esenciales del Barrio Alto. La Rua Misericordia, y todas las callejuelas de sus alrededores, Plaza Largo Trinidad Coelho, Plaza de Camoes, Iglesia de San Roque, y otro Café La Brasileira en Rua Garrett. Volvemos a bajar……es hora de
COMIDA:
Recuerdo un buen local, pequeño, algo cutre, no muy caro al lado del Café Nicola, y en donde se toma un bacalao impresionante. Pero no me acuerdo del nombre. Hay otras opciones como la Casa Transmontana (Calcada do Duque 39), Casa do Alentejo (Portas de Santo Antao 58), y en el Barrio Alto Bota Alta (Travessa da Quimada 35), y para bolsillos muy pudientes el faraonico Tavares en si monumento nacional (Rua da Misericordia 35-37).
VAMOS A ALFAMA
Hora de reposar la contundente comida. A estas horas habrás descubierto, que las raciones portuguesas son descomunales. Donde mejor que el tranvía 28 a la Alfama. El barrio deliciosamente cutre, tradicional, desconchado con sabor a Fado de Lisboa. En donde se vive la autentica urbe. El antiguo tranvía, siempre plagado de turistas, y por eso es conveniente ir a la hora de comer, se coge en Rua da Conceicao hacia la derecha (dirección) detrás de la Placa do Comercio. Hay dos paradas. Primero en el la Catedral Se Patriarcal, y el Mirador de Santa Luzia, con las mejores vista de Lisboa.
Bajamos de nuevo y podemos optar por el Castelo San Jorge al que se accede desde la Plaza do Rossio. Pero el tiempo apremia….y conviene visitar otras zonas. Tomamos el mismo tranvía hacia el puerto, pero no bajamos en el puerto sino que vamos más allá hasta la Torre de Belem, al famoso fortín a las orillas del Tajo. En el mismo barrio de Belem no podemos dejar de visitar el monumentos más hermoso de Lisboa, que es el Monasterio de los Jerónimos y al lado la famosísima Antiga Confeitaria de Belem decorada con azulejos, y hogar tradicional de los Pasteis de Nata, que salen calentitos cada momento. Es el broche perfecto. A estas alturas el tiempo se nos habrá echado encima, con lo que conviene coger un taxi al barco………..
BOA VIAGGEN