CRUCERO POR EL RIO PO: Allí donde nació el arte.
Este verano, los cruceros fluviales han suscitado un inusitado interés. Quizás porque la gente busca experiencias más relajantes, naves más íntimas, y más horas de reflexión, contemplación escénica y sobre todo una experiencia más sostenible. Y todo lo sostenible está de moda. Realicé una deliciosa singladura desde Berlín hasta Hamburgo, en la motonave Ms Mona Lisa, de CroisiEurope por los campos de la Alemania más tradicional, y resultó una experiencia deliciosa. Up&Fly, una experta mayorista especializada, en cruceros fluviales me sugirió otra aventura que no pude rechazar.
Si mi experiencia fluvial germana iba a ser tradicionalmente campestre, el Rio Po, en concreto «Il Canale Bianco», iba a ser una sugerencia e idea perfecta, para rematar el verano. Regiones como Lombardía, Veneto, son sin duda unas de las «cunas básicas» donde nació el arte. Vale; quizás sea una exageración, pero nos encontramos con una auténtica borrachera visual y artística de ciudades insultantemente hermosas; desde Mantua, hasta desembarcar en la maravillosa y eterna Venecia; ahora con menos gente. Buena ruta, compañía con buena relación calidad precio, era la opción perfecta. Volvía a CroisiEurope. Había sido una compañía perfecta, también en mi viaje de ensueño en el Mekong
EMBARQUE
Iberia está haciendo una ingente tarea en optimizar sus servicios. Ha añadido más alternativas, creado un producto híbrido entre una low cost, y una compañía tradicional; con la posibilidad de customizar tu vuelo. Incluso, introduciendo una clase Business a un pequeño suplemento.
La mañana era perfecta para volar, y las verdes aguas de la Laguna Veneta refulgían, con una inusitada luz. Tras unas horas de espera en el aeropuerto, los pasajeros fuimos conducidos en autobús hasta Mantua. El Ms Michelangelo, un barco usualmente basado en Venecia, esperaba al comienzo de la ruta.
En Mantua, reinaba una deliciosa tarde también de verano, y tras bajar del autobús, caminamos por las orillas del Lago de Mantua; y poco a poco la motonave comenzaba a vislumbrarse. La tarde tocaba a su fin, y los habitantes de la hermosa localidad, sentían un cierta curiosidad, por la presencia del veterano barco en su ciudad.
Con un 70% de ocupación, y tras el control del certificado digital, los tripulantes con guantes, nos conducen a nuestras cabinas, llevando nuestro equipaje. Sin duda un hermoso detalle, premium que marca la diferencia. Y fuimos recibidos a bordo, con la presentación de la tripulación.
EL CAMAROTE
El barco tiene unos años, y esto se manifiesta en los camarotes. Dispone de 78 cabinas, con una capacidad total de 154 pasajeros. Dos cabinas específicas para singles, y una pequeña suite situadas en dos cubiertas: superior y principal. No posee ningún balcón como los barcos de nueva generación; solo ventanas panorámicas. Más pequeñas en la cubierta principal.
No dispone de minibar, aunque tampoco se echa de menos, porque el barco ofrece «todo incluído», y al contrario de lo que ocurre en los barcos de mar, la distancia al bar es muy corta.
También se hecha de menos el servicio de habitaciones, que pueda suplir las horas entre comidas. El almacenamiento es algo limitado, aunque es una tónica común en gran parte de los cruceros fluviales. Otro punto a mejorar es la pantalla inteactiva. Es excesivamente pequeña, y aunque el barco ofrece una wifi incluída es inoperante para cosas tan sencillas, como ver Netflix en tu tableta. Aunque pone a disposición de sus pasajeros, de una extensa lista de emisoras, no suelen funcionar más que un par de ellas. Existe la opción de pedir «películas» en la recepción, y son proyectadas en uno de los canales, de forma individualiza en tu camarote.
La cama es confortable, la climatización buena. Además tiene caja fuerte, y secador de pelo. El baño, como ocurre en todos los cruceros fluviales es excesivamente pequeño, aunque el almacenamiento es muy bueno, la ducha desagua correctamente, y se ofrecen toallas a diario, con una pequeña provisión de gel y champús especiales.
Ciertamente hay cabinas infinitamente más lujosas, pero es un camarote decente, y sobre todo adecuado las 4 anclas que soporta.
EL BARCO
El Ms Michelangelo es un viejo conocido de la Laguna Veneta. Lleva año surcando esas aguas, y tematizándose con elementos propios de la ciudad de los canales. El barco es botado en 2000, con una renovación en 2017. Es una nave de tamaño medio, muy bien cuidada, a la que pronto quizás haya un reemplazo. Tiene 110 metros de eslora, 11´40 de manga ofrece tres cubiertas de pasajeros. principal, superior, y cubierta sol. En la superior ofrece un gran salón panorámico multifunción en proa, con una pequeña terraza y una cubierta de paseo, desde la mitad hacia delante. Recepción, y una pequeña boutique. Además un gran comedor a popa, de turno único.
Una gran lámpara de cristal de Murano decora el hall. Por otro lado, hay una tradición en todos los barcos de la compañía, y es servir de «lugar de exposición», a los cuadros de Gerard Schmitter, propietario de la compañía.
La decoración es sencilla, dominando la madera, los tonos verdes y negros, y otros detalles como una enorme vidriera veneciana, máscaras, y otros detalles que hacen del barco algo moderadamente confortable.
En la cubierta superior, hay tumbonas y algunas mesas. La pequeña piscina, ha sido retirada por temas de Covid. Otra carencia importante, es la falta de servicio de lavandería.
LA GASTRONOMIA
Algo que siempre recomiendo es no hacer un crucero fluvial, en donde haya sido «preservado» casi en exclusividad por uno y dos grupos. Parece que el presupuesto de comida, baja sustancialmente. Había viajado en Ms Mona Lisa, y la gastronomía era sublime. En este caso, siendo buena para unos estándares medios, y estando todos los platos bien elaborados, pecaba de dos cosas. Simplicidad excesiva, y sobre todo una mezcla de conceptos gastronómicos (cocina francesa mezclada con italiana en el mismo plato) que no terminaban de resultar exitoso. Tómese esto, no como queja, sino como sugerencia.
Con todo, había postres agradables (como su tiramisú, el Baked Alaska, y unas gloriosas Crepe Suzette), buenos quesos, y cada plato además de las carnes, estaba en su punto.
Asimismo, gran parte de las consumiciones y bebidas están en régimen de «todo incluído», ofreciendo un prosecco muy bueno, cervezas increíbles, y sobre todo un cocktail del día, que va variando a diario, muy bueno.
Todo el servicio es emplatado, y abunda la cantidad. Solo el desayuno, que es excelente, es en régimen de buffet. Huevos con bacon, salchichas, fiambres y quesos locales, frutas, cereales, zumos, pan artesano, y una discreta mezcla de bollería, en donde destacan los magníficos croissants.
LA TRIPULACION
Al igual, que en mi otro crucero por Alemania, las tripulaciones fueron muy profesionales sobre todo en lo referente a comedor, bar, tripulación técnica, y limpieza de habitaciones. En cuanto a las de recepción eran algo más distantes; cumplían con su función aunque sin resaltar. Decir, que CroisiEurope ofrece asistencia en Español, solamente en salidas con más de seis españoles abordo, lo que no era mi caso. Aunque las tres tripulantes del recepción, intentaban solventar mis problemas de comunicación, las explicaciones solo se daban en alemán y francés.
Sabiendo que había un pequeño porcentaje, que era de otras nacionalidades, eché de menos más asistencia concreta en inglés.
ESCALAS
Sin duda, la estrella destacada del producto es la borrachera visual de arte, estética que recibes navegando entre Mantua y Venecia por el Canale Bianco (que discurre paralelo) al Río Po. Tanta belleza monumental, que como no dosifiquemos terminaremos saturados, y con nuestro espíritu en estado de melancolía, por la intensidad y opulencia de intensa belleza, y monumentalidad de las ciudades más hermosas del planeta.
Y ya solo por eso, esta ruta tiene todos los ingredientes, para ser el viaje de sus sueños, para personas con una más mínima sensibilidad.
Si sus cascos históricos son auténticos poemas artísticos, cada una tiene particularidades concretas que justifican un viaje. Tranquilas, exquisitamente plácidas, deliciosamente provinciales, y amantes de una vida pausada. Sorprende que están normalmente apartadas de los circuitos turísticos tradicionales. Plenamente peatonales y caminables. Deberíamos visitar los Palacios Ducales de Mantua y Ferrara. El Palacio de Te de Mantua. O el ghetto judío de Ferrara con sus intrincadas callejuelas.
En Vicenza descubriremos el esplendor de la arquitectura Paladina, y Padua, además de la imponente Basílica de San Antonio, nos ofrece decenas de enigmáticas calles porticadas, para perdernos. Y Venecia….
Un crucero fluvial es un producto específico. No se compara con nada, y menos con un crucero marítimo. Si tienes miedo escénico a ver horizontes infinitos de agua, quizás te resulte más confortable ver orillas verdes tranquilas, y apacibles. Gran parte de los cruceros fluviales paran en el centro de las ciudades. Pero no necesariamente.
Entre Mantua y Venecia, en donde atraca durante dos noches en cada una, y se consideran escalas estrellas, se puede optar por no tomar las excursiones de la naviera, y usar cualquier medio alternativo. En mi caso, opté por Ferrara, y Padua. Pero en su desplazamiento el barco, también atraca en el medio de la nada, sin otra posibilidad que las excursiones locales, o dejarte llevar por horas de contemplación. Y las excursiones suelen ser de precio elevado.
Desde Choggia (la pequeña Venecia) y en donde hay una visita, si decides no tomar la excursión a Vicenza, el barco navega por la Laguna Veneta. En medio de barrios tradicionales, entre vaporettos y pasando por nuestro lado pequeños barcos pesqueros.
EXPERIENCIA DE CRUCERO
Básicamente, el tiempo libre en un crucero fluvial, por la tipología del crucerista, no demanda gran cantidad de entretenimientos. Hay que reconocerlo, pero un barco de río, no es para tener docenas de horas de «marcha loca». Y es importante saberlo para no tener un gran desengaño. En el salón multifunción hay música, actuaciones de músicos locales, e incluso algún pianista.
Tal vez, algún juego «tipo trivial», en alguna tarde de navegación, u otro juego puntual antes del usual cocktail de la tarde, antes de la cena. Todo el entretenimiento está en el exterior. En el único día de navegación completo podemos contar con algún bingo, juego colectivo, y también clases de gimnasia en la cubierta superior.
Y por supuesto, gran parte de entretenimiento, está en el paso por esclusas, y canales.
No conocía a esta mayorista madrileña con base en Madrid. Me la recomendó un amigo. Sus recomendaciones se ajustaron perfectamente a lo que buscaba, y estuvieron pendientes, incluso después de partir de las evoluciones de mi itinerario. La nueva mayorista Up&Fly Tours se integra dentro del Grupo Meridional, propiedad de D. Alberto Barreras, con multitud de sectores. En el sector turístico el Grupo Meridional tiene dos hoteles, uno en Canarias -Hotel Marina Élite- y otro en Santo Domingo -Gran Hotel Europa-, y a través de la nueva mayorista Up&Fly Tours se realizó una apuesta por la touroperación con la compra de un 25% de Politours en 2019. Debido a la liquidación de la mayorista en 2020, por el parón turístico de la crisis sanitaria, se decidió crear una nueva mayorista de viajes.
Up&Fly Tours se especializa en los cruceros fluviales dirigidos al público español, portugués y latinoamericano, con cruceros fluviales por todos los ríos de Europa con atención en español. En 2022 se harán salidas especiales adaptadas al cliente nacional con buques dedicado únicamente al cliente de habla hispana y que nos permitirá posicionarnos en el mercado como la única naviera de cruceros fluviales de este tipo del mercado.
UP & FLY
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