CRUCERO LE BOREAL 8) Caen y Soiree de Gala
Una de la ciudades medievales más destacadas en la historia de Francia, pero que sufrió daños devastadores en la Segunda Guerra Mundial, debido a su proximidad de las playas del Desembarco. Situada de forma estratégica al fondo de un río navegable, y una red de canales, fue primera linea de batalla entre alemanes y tropas aliadas.
Abro las cortinas y me veo navegando a lo largo del río. Ventajas de los barcos de crucero pequeñitos. E inconvenientes, porque atraca en lugares en donde no necesariamente hay transporte de tierra alternativo. Tres kilómetros fueron perfectos para bajar los excesos calóricos de los días de crucero, aunque el 1 de Mayo hacía que todo estuviera dormido, y las banderas sindicales multicolores lo invadiera todo.
Aunque similar a muchas urbes alemanas en donde prácticas, modernas y anodinas construcciones invaden el centro y se mezclan con algunos edificaciones medievales, hay iglesias tan espectaculares que denotan la importancia y gloria de la ciudad desde épocas pretéritas. Año 1060, Guillermo el Conquistador construye el palacio-castillo ducal, siendo durante años residencia de los Duques de Normandía. Uno de los más grandes de Francia, tiene en su interior construciones como la Capilla de San Jorge, Museo de Normandía, o de Bellas Artes. Enfrente la imponente Iglesia de San Pedro, con la calle peatonal por excelencia del mismo nombre, y en donde aun se conserva uno de los edificios más antiguos de la ciudad: La Maison a Pan de Bois.
Pero hay dos omnipresentes abadías equidistantes del castillo. A un lado y otro del Castillo Ducal encontramos, una de las más grandes de Francia llamada Abadía de los Hombres, y muy alejada al otro lado de Las Mujeres. Hermosísima y magnífica, aunque algo más discreta. La de los hombres, posee la Iglesia de San Etienne y está enterrado el propio Guillermo el Conquistador. La de las mujeres, fundada por la reina Matilde en 1060, tiene a la Iglesia de la Trinidad como monumento estrella. Por supuesto otras visitas deben incluir Omaha Beach, a donde habían huído como posesos los pasajeros americanos del Le Boreal, capitaneados por un conferenciante llamado Eisenhower, al parecer familia directa del general del mismo nombre.
Lo de dicho. ¡cierren la boca de asombro!. Compagnie du Ponant solo contrata a las figuras más relevantes para sus conferencias. Estaba tan agotado de las visitas al Museo de Normandía y Bellas Artes que evité volver a hacer la caminata. De forma providencial encontré a un taxista que resultó ser Gallego, de Ribeira…¡manda carallo¡. Hay gallegos en todos los lados. Después de picar un excelente almuerzo italiano, puse la luz del camarote en modo siesta, y coloqué un documental y Anna Karennina en la pantalla de plasma. Cuando me desperté para el té, el tren ya había pasado por sus huesitos.
Gala night. Que no, que no. Voy perfectamente vestido. Si te colocas cobarta, y smoking en cualquier barco de Compagnie du Ponant harás el ridículo. Es un barco «smart casual». O sea elegante casual, es la máxima. Nada de ridículas prohibiciones en barcos de menos «postín» como Azamara en donde su elegante casual, implica que aunque uses un vaquero Armani no entras en el comedor. Complejos a la hora de vestir de los americanos. En el cocktail, mi camarero favorito comenzaba a servir los aperitivos orientales y el perfectamente refrigerado Drappier. Durante mi crucero se había aprendido que champagne post cena y yo, iban íntimamente unidos.
Cena gastronómica, despedida de la tripulación y el soberbio show Cabaret, puso broche de oro a otro crucero casi perfecto de la Compañía du Ponant. Lástima que al día siguiente, en nuestro desembarque en Honfleur no hubiera tiempo de visitar la esplendida ciudad portuaria. Sin embargo había disfrutado especialmente de la salida pegados a la orilla del río, y su paso por los canales antes de llegar al mar.