Cinco razones para ir a la Antártida con Silversea
Muchas veces se decía que la Antártida era la ultima frontera. Un lugar a donde el ser humano jamás había podido llegar, salvo pequeños grupos de científicos. Un lugar impoluto del planeta donde solo se escucha el silencio, donde la naturaleza es indómita, los animales confiados, y la irrealidad nos ofrece una infinita y excitante gama de tonos azules. ¿Sabíais que el hielo puede tener más de cien tonalidades?. La Antártida siempre se había mostrado huidiza, y guardaba con celos sus secretos.
De miles de kilómetros de hielos perpétuos, y siempre bajo la cuidadosa supervisión de los protocolos del Tratado Antártico, algunas navieras ponen a nuestra disposición el continente helado. Puede parecer caro, pero las experiencias vitales no se compran con dinero. El dinero se vuelve a ganar, el tiempo no se recupera. Solo pequeños barcos de exploración, ofrecen a sus clientes la posibilidad; pero solo una supera por goleada a la competencia. Su última arma, es la incorporación del Silver Endeavour, uno de los barcos más exquisitos del mundo.
Se me ocurren 5 razones para ir al continente helado, con Silversea, y preferentemente en el novísimo Silver Endeaveour
EL BARCO DESTACADO
Deslumbró al mundo como Crystal Endeaveour, y Silversea lo ha hecho más hermoso y excitante. ¿Quién ha dicho que tengamos que visitar el continente helado, con las incomodidades propias de la expedición de Shackleton?. Esta maravillosa joya, no solo sorprende con su submarino, sino con sus opulentas y lujosas suites, que van desde los 174 m2 a los 32 m2, de las Classic Veranda. Dimensiones por encima de cualquier barco de exploración.
Un barco sofisticado, y refinado, que nos hará sentir en un hotel boutique de Nueva York en vez de este lugar recóndito del planeta. Por muy aventureros que seamos, no tendremos que renunciar a un ápice del lujo de la compañía. Con un ratio de 1:1, o sea 200 tripulantes para 200 pasajeros, las 20449 toneladas nos ofrece navegaciones seguras, llenas de aventura, con el lujo propio de la compañía a bordo, y la mejor cocina el alta mar.
ANTARTICA BRIDGE
Aunque vayamos a un lugar tan remoto, no tenemos porque sufrir, ni afrontar retos. El Mar de Drake, infausto espacio de mar, que separa la Antártica del continente, es uno de los mar violentos del mundo. Algo que descorazona a muchos viajeros. Vale, que te guste un cierto movimiento, pero la travesía es gran parte de las veces especialmente complicada.
Silversea es la única compañía que te evita este trago, haciéndote volar desde Punta Arenas o Fort Williams a la base científica de King George, a bordo de DAP Aerolínea chilena especializada en la operativa Antártica, usando un Bae146, un cuatrimotor, todo configurado en clase business, especialmente adaptado a las condiciones polares. El vuelo en sí mismo es una experiencia excitante, con uno de los aterrizajes más escénicos del planeta.
EL LUGAR
En la Antártida manda la naturaleza. Determina tu programa. Eres un simple invitado, y debes visitar lo que el entorno quiere. Quizás haya un día luminoso, cambios meteorológicos imprevistos en uno de los entornos más cambiantes y salvajes del planeta hará que tengamos que adaptarnos a lo que naturaleza tenga que ofrecernos.
Un placer visual, para recrearnos en el entorno. En primer lugar, es un lugar con escasa presencia humana, controlada por el ATS Antarctica Treaty System (un acuerdo de protección del ambiente con protocolos medioambientales muy estrictos). No solo es un inmenso bosque de hielo, en donde podrás contar decenas de tonos, contemplar fauna confiada en su entorno natural como los pinguinos Getto, las focas Weddell, ballenas, orcas, o una riqueza ornitológica de dudable interés. Detrás, unos paisajes puros y sobrecojedores, en donde sobresalen picos, y algún volcán imponente aun activo.
UNA PROGRAMACIÓN EXCITANTE
La compañía ha posicionado tres naves polares. El Silver Cloud y Wind, además del hermoso Silver Endeaveour. Una temporada Antártica, corresponde con el verano austral, en donde las temperaturas, son más benignos de lo que uno podría esperar. Usualmente va desde diciembre hasta marzo. Salidas de duración variable, y en muchos casos, con singladura desde la Patagonia. Incluye, entre otras cosas, vuelos desde Santiago, traslados, material de expedición, y un programa muy individualizado.
Es muy difícil concretar una programación de actividades, ya que la naturaleza es imprevisible, y marca su propia agenda. La naturaleza portentosa determina lo que podemos visitar. Entrar en contacto con las fauna, navegar entre bosques de hielo en zodiacs, observaciones de un cambiante paisaje desde las cubiertas del barco, y usar kayacs para sumergirse en un entorno de absoluto silencio, o tal vez largas jornadas de trekking por el entorno helado. Ah…y no olvide algo destinado a corazones duros. El «Antarctica plunge». Simplemente un chapuzón en las aguas heladas.
Sin duda, un destino que tendríamos que comenzar a considerar.
MAS INFORMACION: