Cinco consejos para volar de forma inteligente
Cuando elegimos viajar, y usar el avión, aparte de seleccionar a la compañía que más encaje con nuestros gustos, tenemos que considerar otros datos adicionales, para que nuestro viaje sea una experiencia perfecta. Por desgracia, volar no es agradable salvo que tengamos una cartera holgada para reservar en clases nobles. Como el mundo de la aviación comercial es algo complejo, debemos esbozar una mínima colección de consejos para llegar a nuestro destino de forma más civilizada posible.
Realmente, elegir el vuelo perfecto, puede parecer algo baladí, sin embargo en el transporte aéreo actual dominan conceptos tipo: retrasos, overbookings, low costs, cancelaciones……que junto con otros factores no siempre agradables, hacen que el volar sea una aventura plagadas de inconvenientes, y tremendamente estresante. Por eso, una vez elegido el destino, surge la necesidad de buscar la opción más aceptable a nuestros planes.
1) Las low costs
Hoy en día, si queremos ahorrar, debemos de asumir un nuevo concepto que es el “low costs” o también llamado “bajos costes”, frente a la compañía tradicional, aunque hoy en día ambos sistemas de compañías aéreas están bastante mezclados, ya que todas las aerolíneas se copian sus métodos de venta, y funcionamiento. El concepto surge en el año 1967, de la mano de la americana Southwest, que llega a la conclusión que había decenas de costes inútiles, que repercutían negativamente en el precio del billete, y podrían ser eliminados, sin que esto significase una merma en la calidad o seguridad del vuelo.
Puntualizar que los procedimientos de mantenimientos son revisados por las aviaciones civiles de cada país, y los fabricantes de las aeronaves; por lo que, por norma general, cada compañía no tiene el mantenimiento que quiere, sino el que le imponen. Hoy en día, el invento se ha probado exitoso, y el sector low cost realiza miles de vuelos al día, con ganancias y con índices de seguridad equiparable al resto de las compañías.
2) Elección de la compañía
Sea low cost o tradicional, es necesario reservar con mucha antelación para conseguir la tarifa ganga. Hay que tener en cuenta, que las low cost, trabajan casi en exclusiva, o la mayoría de ellas, a través de internet para evitar el coste de pagar comisiones de reserva a las agencias. Por desgracia, no todos los aeropuertos tienen una low cost, y a veces la opción nos queda lejos.
Con un mercado tan complejo, hay una herramienta indispensable para saber que compañías vuelan de punto A a B, y son los buscadores globales. El mío es www.skyscanner.es. La opción es siempre el billete electrónico, solo con una clave que nos da la reserva por internet (llamado localizador), y nuestro DNI o Pasaporte es suficiente para llegar al avión. Las aerolíneas cada vez dan más opciones de descargar nuestros billetes al móvil con programas tipo passwallet.
Muchas veces, debemos realizar dos vuelos antes de llegar, y aquí es absolutamente recomendable, tenerlos en la misma reserva, sea de la misma compañía, o de compañías que son de la misma alianza, y que nos permita, que la compañía asuma las perdidas de conexiones, Acostúmbrese a que no necesariamente tienes franquicia de equipaje incluída. Viaje con equipaje de mano, evite colas de facturación, cargos, y colas para pillar la maleta en destino.
En las épocas vacacionales, hay que prever ciertas carencias en el funcionamiento de las compañías como saturaciones, perdida de slot, averías, situaciones climatológicas, huelgas…etc. Y lo que es muy importante es llegar como mínimo dos horas antes del vuelo, para evitar overbookings tan usuales en fechas punta. Procura embarcar cuanto antes, si quieres encontrar espacio suficiente para tu trolley de mano. Si no quieres estos «lios» y colas en el embarque simplemente factura. Un pago por equipaje es siempre mejor a embarcar estresado y cabreado.
3) Travel light.
Si facturamos, al hacer el equipaje, siempre hay una regla de oro: “usarás la mitad de la ropa, que hayas planificado”. Siempre son preferibles las maletas duras, por el tratamiento cruel a las que las someten los maleteros, de las diversas compañías aéreas, y sobre todo un buen bolso de mano que contenga los artículos de primera necesidad, y que podamos necesitar en el vuelo.
Procure poner en la etiqueta de identificación del equipaje. Sobre todo no sobrecargue la maleta, y procure dejar espacio para las eventuales compras que siempre se hacen durante el crucero.
4) Durante el vuelo.
Los trayectos cortos, suelen ser medianamente cómodos. En los de larga distancia, hay que pensar en el jetlag, y en el hecho de que volar no es una grata experiencia. Por eso, hay que dar una serie de pautas, para afrontarlos con éxito. A no ser que seamos potentados, y podamos permitirnos volar en clases nobles, con sus maravillosos asientos camas, lo más usual, es la clase turista. No esperes asientos ergonómicos como prometen las compañías, ni un pitch decente (distancia entre asientos) sino cabinas atiborradas de asientos, en los cuales cualquier intento de descanso está condenado al fracaso.
Nos cae la cabeza, el cuello nos duele, la espalda no encuentra ajuste, y las horas son interminables. Aunque todos los asientos suelen ser iguales, los situados en las salidas de emergencia son los que nos ofrecen espacios más generosos, y nos permiten dormir sin que tener que levantarnos del asiento o hacer levantar a alguien en caso de, por ejemplo tener que ir al baño. Una vez que haya usted reservado, procure conseguir el horario impreso de la compañía en cuestión, ya que en la parte trasera suelen venir planos de asientos, y saber cual es la salida de emergencia. Aunque no está garantizado que en facturación te den el asiento esperado, hay que intentarlo.
Algunos consejos.
-Mucha agua, ni una gota de alcohol.
-Ropa suelta
-Ten la zona de las piernas libre de equipaje de mano
-No cruzar las piernas demasiado
-Un paseo por la cabina, cada dos horas
-Comida ligera y poco grasienta.
-La aspirina inmediatamente ingerida antes del vuelo y al llegar, es un potente antídoto para evitar trombos
5) Miedo a volar
Puede que sea usted una de esas valerosas almas, a las que el miedo a volar no les quite el sueño, sin embargo y aunque sea extremadamente seguro, y todas las eventualidades estén previstas en los departamentos de seguridad de todas las compañías, se cree que casi un 70% de los pasajeros, que sube a un avión sienten una ligera aprensión. Sin embargo, y asumiendo que es una experiencia nada placentera para la mayoría de los pasajeros, hay que evitar el stress.
Algunos consejos, para relajar cuerpo y alma, y poder afrontar el fantasma de miedo. La mente es nuestro peor enemigo, y no debemos permitir que nos domine. Al llegar el día del vuelo, hay que generar un entorno placentero. Nada de prisas, equipaje voluminoso, discusiones innecesarias antes del vuelo, y otras situaciones que generen stress. Días antes procure seguir la siguiente y simple terapia.
–Relajación muscular:
Elija un lugar placentero, y relaje cada músculo de su cuerpo. Respiraciones profundas e imaginarse que uno se encuentra en un avión. Ponga tenso cada músculo, uno a uno. Respire profundamente y vaya relajando cada músculo, cuando suelte de forma pausada el aire de sus pulmones. Note como el cuerpo se relaja poco a poco. Repita el proceso una y otra vez, cuando la tensión le atenace.
–Imaginación mental:
El miedo irracional que produce nuestra mente, causa fobias si no podemos controlar los pensamientos negativos. Hay encuestas, que dicen que conducir es más peligroso, y no pensamos en un accidente cuando entramos en nuestros vehículos. Para los aviones, volar es natural y normal, y están diseñados para operar sin que le cueste ningún esfuerzo a su estructura. Si no queremos estar en un avión, salgamos de el aunque sea mentalmente. Siéntese en el sofá, como si estuviese volando. Salga de él. Bloquee pensamientos negativos, piense en situaciones placenteras….el mar, el sonido de las olas, las fiestas a bordo del barco. Imagine todas las situaciones agradables que sea capaz de concebir. Y trate de sentirlas.
Practique estas dos técnicas cuando esté dentro del avión. Déjese llevar, esta en un lugar seguro.
La ropa cómoda es esencial para que el cuerpo esté a gusto y relajado. Planifique el vuelo, y si siente momentos de “prisa por llegar” no mire el reloj. Procure tener la mente ocupada, con lectura, Sudoku, o música. Si es capaz de dormir, esta es la mejor forma de que pase el tiempo.
Consulte a su médico; un relajante muscular o ansiolítico puede ayudarle. Procure llevar almohadilla cervical, patucos o calcetines de repuesto, para poder descalzarse, y recuerde que los pies hinchan por la presión. Quizás un chándal sea una vestimenta ideal para volar.
Es importante el aspecto nutricional, sobre todo en lo que se refiere a la hidratación. Las modernas
cabinas de los aviones, resecan la piel y el organismo; y además de beber con abundancia es imprescindible una buena crema hidratante y un colirio si usa lentillas. Las cabinas son entornos artificiales, y los aires acondicionados nos pueden jugar malas pasadas. Ropa versátil, que eviten los bruscos cambios de temperatura.
Uno de los puntos esenciales, además de estas recomendaciones, es una mente positiva, que ayuda a afrontar con estoicismo situaciones inevitables en nuestro viaje. Estamos de vacaciones, y no debe tomarse cualquier problema puntual como pretexto para añadir adrenalina innecesaria a nuestro organismo. En todo viaje siempre ocurren inconvenientes, y no necesariamente el mundo se confabula para hacerlos la vida imposible. Como bien dice el famoso proverbio chino. “aunque el mundo esté lleno de cactus, nadie te obliga a sentarte en ellos”: Relájese y disfrute, y bon voyage.