BINTANG BALI RESORT: En un lugar estratégico de Kuta
No os voy a engañar, pero decir que llegar cansado a Bali después de volar en las QSuites de Qatar Airways sería una exageración insoportable. A la hora de escoger mi hotel tuve que tener en cuenta varios parámetros y características.
No me interesaba la playa, pero tampoco quería tenerla tan lejos como para no disfrutarla unos minutos, por si me entraba ganas de poder caminar en un entorno tropical. Además, necesitaba un lugar lo suficientemente cerca del aeropuerto para mi escapada a Java, por eso encontré una oferta increíblemente buena en este Hotel de cuatro estrellas, de arquitectura turísticamente balinesa (cuan parque temático), precios escandalosamente buenos en primera línea de playa, y a 10 minutos caminando del aeropuerto.
Ciertamente estaba un poco añejo, y la apariencia era de hotel de los 80, venido un poco a menos, pero perfectamente conservado. Un gran jardín tropical, una piscina, increíblemente maravillosa elementos de arquitectura local, una amplia gama de restaurantes, algunos de ellos que tenían su puntito, unas habitaciones tradicionales clásicas, frescas y tremendamente confortables y encima fueron amables en cualquiera de sus instalaciones.
Creo que el Bintang es una elección perfecta, a pesar de estar en Kuta (el paraíso desfasado de los turistas australianos low cost y lugar de excesos nocturnos para el que quiera visitar Bali) y necesite un punto de partida para la exploración de la isla, sin dejarse un riñón en el intento. Y a cualquier distancia es “aparente”.
Habitaciones:
Increíblemente amplias, decoración sólida y límpia. Camas muy cómodas. Todo los equipamientos necesarios en un hotel de lujo-bajo, y los baños aunque necesitan una reforma urgente, es complementado con una ducha cómoda, buenos amenities, y una toallas muy suaves y grandes.
Dispone de caja fuerte, nevera, tetera de agua caliente, albornoz y zapatillas de baño. Canales internacionales, plancha.
Aunque el Nase Goreng del restaurante era cuestionable, la localización de uno de sus restaurantes en primera línea, me ofreció la primera puesta de sol de una Asia inolvidable.