BALI. Llegando al paraíso

Supongo que hay viajes muy meditados, y otros particularmente impulsivos. ¿No te has levantado alguna vez, mirado a la ventana y has dicho en momentos de angustia vital que necesitabas huir?.

Aunque Indonesia había estado en mi mente desde hace muchísimos años. Aquella mañana lluviosa de mayo, minaba mi equilibrio, y de nuevo soñaba con la luz de Bali. Benditos impulsos. Un click, una reserva. En tres días me lanzaba a la aventura.

Solo. Es como mejor se viaja; se conoce a uno mismo, se medita, se descubre lentamente, siguiendo tus pasos y tus impulsos. Comparto la idea de que el tiempo no vuelve, el dinero se recupera. Con lo cual si vuelas a un destino de sueño como Bali debes hacerlo bien. Había elegido volar en las famosas Qsuite de Qatar Airways. Que diablos. Si haces algo hazlo bien.

Me da muchísima pereza glosar todas las experiencias positivas que produce volar en “plan guay” (con precio nada guay), en una prestigiosa aerolínea como la catarí, por eso no hay nada mejor que un vídeo con concreto sobre la experiencia. Para algo están los móviles. ¿no?.

Termino mi desayuno festín en el B777, pongo mi asiento cama en posición vertical, me acicalo con los productos Diptic guardo el pijama suave que la aerolínea te da para que tu sueño sea más reparador, doblo el edredón, estamos llegando a la Isla de los Dioses. El vuelo había pasado como una exhalación.

Tan pronto abro la persiana de la ventanilla de mi avión es como si toda la magia ecuatorial entrase de golpe en mis ojos. Un mar turquesa brillaba de forma inusitada, el avión, que ya estaba en fase final de aterrizaje, sobrevolaba unas islas increíblemente verdes, en donde destacaban maravillosas, playa; solitarias y paradisíacas, Refulgía el mar. Solamente con ver un escenario tan hermoso me sentía contento, muy contento y no lamentaba ni por un segundo, la dubitativa decisión de realizar un viaje Asia en solitario.

¿No te pasa muchísimas veces que cuando decides viajar a un determinado lugar, los días anteriores te producen un encogimiento particularmente angustioso del alma, las manos te sudan, tienes miedo de todo, eres reacio abandonar tu casa pero después tan pronto estás llegando al destino te sientes el hombre más dichoso del mundo y no te arrepientes ni un segundo de haber tomado dicha decisión?.

Lo confieso; soy uno de esos seres humanos. Soy Géminis. Lo cual es bastante complicado hacerlo en determinadas circunstancias. Y la toma de decisiones no es algo pausado, tranquilo, sino que se produce tras un larga batalla de tormentosas decisiones. Aunque a estas alturas de la vida, quizás me cueste menos tomar decisiones.

Tras estas cavilaciones, siento un suave toque. Bienvenidos a Bali acabamos de aterrizar.

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