EMIRATOS: Los anónimos AL FUJAIRAH & BAHREIN
Cuando me despierto y contemplo la vista del puerto de Al Fujairah, el más “pobre” de todos los Emiratos, y pongo pobre entre comillas, siento algo de desilusión. A pesar de ser el puerto más grande de los Emiratos Árabes Unidos, ¿ofrece este páramo desértico algo de interés?. Pronto descubriría que sí. Opté por una excursión que comprendía lo más étnico de la zona, aunque muchos cruceristas optaron por espectaculares playas.
En primer lugar, un delicioso paseo a lo largo de Al Fujairah, cruzando también el Emirato de Sharjah. Es una excursión muy motivadora, porque nos permite contemplar paisajes cambiantes, hasta llegar a un lugar de ensueño que contrasta con lo visto hasta el momento.
Hoy sería la jornada, de contacto con “raíces y tradición”. Recorrimos playas y vislumbrábamos desiertos, además de cruzar las zonas urbanas de la costa, para llegar a una estampa de cuento oriental, que es la mezquita más antigua de los Emiratos. Al Bidyah de argamasa data del siglo XV, y está rodeado de un frondoso oasis de película.
La localidad de Al Fujairah es todavía una pequeña ciudad de provincias, en donde despuntan algunos tímidos rascacielos.
A pesar de la sensación pueblerina que lo invade todo, seguimos apreciando que todo está ordenado e impoluto, que se refleja por ejemplo, en el viejo mercado, que parece sacado de una civilizada ciudad del norte de Europa. Muy surtido, y la mercancía perfectamente colocada, con infinidad de verduras peculiares.
Nos llama la atención, la amabilidad de los lugareños, mostrándonos curiosas variedades de pescado, sacadas del mar.
A continuación tocaba unas raciones de arte con los vestigios de la vieja Al Fujairah, hoy convertido en un museo temático etnográfico, en donde podemos ver todavía la fortaleza, algunas murallas, y algunas casas centenarias.
Para completar nuestra visita, a un emirato que resultó una sorpresa, terminamos en el Herritage Village, en donde se muestra cultura, arte, artesanía, y costumbre tradicionales.
Cierto que es un turistada, pero es perfecto para hacer fotos de habitantes, sin que corras el riesgo de recibir un rapapolvo.
Bahrein
Quizás sea otro Emiratos anónimos, y tampoco destino de turismo por excelencia. Pequeño, rico y no intenta tampoco competir a pesar de los rascacielos de diseño del centro. Es tal vez una forma de reivindicar también su lugar en un lugar tan próspero.
Las torres gemelas del WTC, en forma de vela en el centro de Manama, capital del país nos indica que también hay que contar con ellos.
No tenía grandes expectativas, pero la jornada resultó perfecta, y la visita muy variada. ¿Qué ver?.
Museo Nacional de Bahrein. Un vanguardista edificio que costó 30 millones de euros y construido en 1988, nos presenta el pasado y presente del emirato, atesorando sobre todo 6000 de años de arqueología del país.
Granja de camellos: Como en otros emiratos, algo muy presente en la zona. Aunque ya cada vez menos tradicionales en una sociedad, que ya no depende de ellos, son usados para diversos actos. Y sobre todo para entretener a los turistas.
Gran Mezquita se Al Fath: Aunque es más humilde que las de otros emiratos, tiene una apariencia limpia y equilibrada. Y también muy lujosa. 1000 lámparas, maderas de la India, Swarovsky, vidrieras de Irán para maravillar a los 7000 fieles.
Antiguas ruinas de Dilmun: Una de las civilizaciones más antiguas de la zona. Enigmática y que data de 800 antes de cristo.
Fort Arab: Un perfecto ejemplo de fortaleza islámica del siglo XV antes de la llegada de los portugueses. Interiores muy interesantes sobre todo por su arquitectura.