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Lago Ness. Nessie está triste

El barco zarpa de Drumnadrochit. Los turistas preparan sus cámaras y escrutinan cada esquina del misterioso lago. Sus dedos se muestran nervisosos. Cualquier cosa sospechosa de la orilla puede ser Nessie. El monstruo del Lago.

Los Graham de Arkansas, no podían entender como el monstruo había hecho el feo de no aparecer….¡a unos amaricanos¡. Barcos, grupos, riadas de turistas invadían cada centímetro del lago. El segundo más grande del país, y más profundo (hasta 226 m), con fondos cenagosos, y mala visibilidad lo hacian peefecto para que Nessie se escondiese.

En una recóndita cueva, Nessie mira cabizbajo…¡vale era un saurio malote¡, pero tenia su corazoncito. Nadie jugada con el. Monstruo?. Su cabeza era pequeña, su cuello largo, había perdido su línea de atiborrarse de los salmones y lampreas, su rugosa piel era áspera y aunque su cuello le daba un aspecto cómico, le resultaba útil para otear cada palmo del proceoloso lago.

Una lágrima cae de sus vidriosoa y viejos ojos. Hoy tampoco jugaría a nadar detras del bote de los turistas. Hacía cientos de años que no lo hacía. Humanos….siempre habia querido jugar con ellos. Volverse su perrito acuático. Pero no lo querían. Desde que hace 1500 años Miss Nessie se fugó con otro saurio, su vieja existencia lo hacian estar muy triste. En 1933 cuando fue fotografiado, aun inspiraba respeto. Santa Columba lo miró con pavor en siglo XV. Era poderoso, y en las aisladas almenas del pintoresco castillo Urquhart, Nessie era visión pavorosa. La construcción de la carreteras perimetrales, hoteles, y el turismo masivo habían asustado a Nessie.

Hoy los Graham, que habían visitado el Heritage Centre, y cada día más gente perturbaba su descanso. Hasta esa rara especie humana llamados científicos, que habían llegado muy lejos, con sus peces submarinos (una especie llamada batiscafo) hasta la profunda sima en donde Nessie vivía, antaño a salvo.

Amaba el lago. Ya no se podía dar una vuelta en su lecho de fango, tranquilo. Recordaba cuando se mudó a este pisito, hace miles de años. Era viejo y le pesaban las escamas. Mientras los últimos turistas visitaban el potente castillo derruido de la familia Durward y McDonald.

Ligero de equipaje, mira al horizonte y nada por Loch Ness por última vez. El mar, y en busca de aguas tranquilas lejos del turismo de masas. La más pequeña de los Graham mira al fondo y ve una negruzca aleta. Mummy….¿Nessie?. No hija los monstruos no existen.

Foto. Visitscotland.com y mías

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