Navagendo en Balearia
VISEMAR One. A poca gente que se encontaba en la sala de embarque de la terminal de Baleária le sonaba el barco que cubre esta noche la ruta entre Valencia y Palma.
A mi sí. Cuando este buque, de la linea VISEMAR sale de los astilleros Visentini, en 2010, nadie se imaginaba que iba a ser un héroe.
Da mal rollo mencionar infortunios navales pero fue uno de los que acudió a salvar al Sorrento, incendiado hace meses en aguas Mediterráneas. A modo de anécdota este buque ro ro, se construye para cubrir la ruta Venecia-Tartous (Siria), Alejandría-Venecia. De la clase Partenope, junto con otros 18 barcos queda libre por el conflicto Sirio, y es alquilado por Baleária.
De 26375 tonelada y 186 metros de eslora es una nave versátil y moderna que combina una excelente relación carga pasaje, ideal para las necesidades de Baleária. Con 25 nudos de velocidad tiene capacidad para 560 pasajeros, y 2860 metros lineales de carga rodada.
EL EMBARQUE
La terminal de Baleária es difícil de encontrar. Dentro de una zona de carga, es solo accesible por coche privado, y taxi. Es un pequeño edificio, con un personal que efectúa con precisión y amabilidad embarques a tiempo record.
¿QUE TAL ES EL BARCO POR DENTRO?
Como todos los ferries, el punto fuerte es el transporte de vehículos. Aunque exteriormente parece un poco tosco, los servicios a los pasajeros están en proporción a la duración corta de las travesías, y las necesidades de sus usuarios.
Nuestro protagonista tiene tres pequeñas cubiertas de pasajeros (el resto es para vehículos), con una decoración minimalista , diáfana y modena. Practicidad, y espacios dignos, para lo que se busca en un ferry. Confort y una travesía agradable.
Los pasajeros embarcan en bus, hasta la cubierta superior en donde está la recepción. Un salón bar de un vibrante verde pistacho, sala de televisión, una pequeña boutique, y el buffet autoservicio. Otra cubierta superior con camarotes y sala de butacas clase Sirena.
¿QUE TAL SE VIAJA?
La página de la compañía es atractiva y fácil de manejar. Dependiendo del tipo de ferry, hay varias opciones. Para menos de ocho horas que dura la travesía, mucha gente opta por la tarifa general con sitios en las zonas comunes, butacas clase Sirena con más tranquilidad, butacas superiores (en algunos ferries), pero si quieres sentir la experiencia mini crucero, opta por la privacidad de un camarote.
En mi caso fue la categoría estándar interior. En principio algo espartanas, y les falta equipamiento como pantallas de tv, tienen un pequeño servicio con ducha.
¿Y DE COMIDA QUE TAL?
No es que haya muchas opciones, pero además de los snacks del salón cafetería, las golosinas de la tienda, hay un buffet autoservicio. Suele costar unos 12 euros y consta de varios primeros, segundos, postres etc. Sencillo pero abundante y agradable.
UNA EXPERIENCIA PLACENTERA
Los ferries están teniendo una gran competencia del bajo coste. No están amenazados, mientras haya islas y transportes de mercancías y vehículos. No pueden competir en precio, ni velocidad con el avión, pero si hacer del viaje, algo placentero en si mismo. Viajar no es solo trasladarse; es disfrutar el mar, sus colores y sensaciones. La brisa, estela, los pájaros jugando con la chimenea. Y mirar el horizonte o atacar y zarpar. La magia de los viajes por mar. Iguales para barcos de lujo y humildes ferries.
El cielo de Valencia y el litoral estaba tumultuoso. Pensaba que sería una cocktelera. Me sorprendió sus estabilidad. Imperceptible e incluso un agradable vaivén en medio de la travesía.