Navegando en el MSC Opera en Brasil
Y sobre todo porque fuera de las zonas en donde el golgorio esta algo presente, el nivel sonoro era ciertamente tolerable. Por lo demás, no destaco ningún acto que me hubiese llamado la atención en cuanto a la animación, por su originalidad: Miss Crucero, hombres contra mujeres, bingos, juegos varios…etc. Quizás el plantel de actividades deportivos era particularmente escaso.
Desayuno en buffet y en cualquiera de los tres restaurantes, comida también de turno libre, cena informal (no siempre celebrada en el buffet), y la usual cena de dos turnos en ambos restaurantes. Aunque el buffet es discreto en cuanto a variedad, la cena suele presentar platos usualmente bien preparados y suculentos, con platos brasileños como la Freijoada preparada con sumo cuidado. Además para almuerzos “al fresco” hay dos limitados buffets (pizzeria y hamburguesería con algún plato más) hasta las siete de la tarde. Quizás uno de los puntos más negativos, sea que la maquina de café americano de los buffets, se cierra a cal y canto después de las once de la mañana, quedando solo el dispensador de agua.
Algo que era especialmente brillante fueron los buffets de media noche en la piscina: algo así como cinco en todo el crucero. Desde el Buffet Magnifico, pasando por el tropical, de chocolate, de delicias de pascuas…etc. Es una opción perfecta para el primer turno de las ocho, pero muy pegado a la cena en el segundo turno de las diez de la noche. Adicionalmente en todos los salones se sirven delicias dulces y saladas después de las doce. Creo que tanto despliegue calórico debería ser distribuido a lo largo del día para ofrecer una continuidad de horarios durante todo el día.
Mi cabinista hondureño era también muy amable. También quiero agradecer al maitre italiano, por haber realizado un difícil cambio de mesa en tiempo record. Al haber un amplio porcentaje de pasaje hispanoamericano, la presencia del idioma español era constante. Los brasileños suelen saber también español, con lo que no hay ningún tipo de problema lingüístico en ningún momento.
Tengo que hablaros un poco del protagonista en cuestión. No hay mayor placer que desayunar en alta mar, en la privacidad de tu camarote mirando al mar. Un mar siempre diferente, de tonos variados, y que suscita siempre diferentes sensaciones. El Atlántico sur estaba dormido, y comenzaba a hacer calor. Si echamos una mirada a mi camarote, entraba dentro de las pautas usuales de los camarotes de los barcos construidos en Chantiers L Altantique.
Como en el resto de los barcos de MSC hay una cierta uniformidad en sus camarotes. Interiores y exteriores standard, exteriores con balcón y suites que son ligeramente superiores a la exterior con balcón, en donde me aloje.
Dentro de la tónica, se encuentran en buen estado con la armónica mezcla de maderas suaves y tonos granate o verde. Minibar, televisión algo antigua pero con una selección de cadenas razonablemente amplia (TVE Internacional), y unos baños luminosos, aunque con una ducha ciertamente limitada en cuanto a dimensiones. Es de agradecer que elcanal de video ofrezca películas libres de cargo. Hay dispensadoresde gel en baño y aunque no la cama no dispone de modernos edredones, el comodidad es destacable.
La compañía italiana ha apostado fuertemente por la potencia emergente de la zona. Miles de brasileños necesitan gastar dinero, y el plantel de rutas y barcos es extensísimo. El Opera es uno de los primeros “bancos de pruebas”, en donde el afamado Studio deJorio comenzó a gestar sus refinados naves. Sin tener la opulencia y sofisticación, de las series posteriores, resulta mucho mas acogedor que los modernos clase Splendida y Musica.
El Opera representa la pureza de las ideas decorativas de msc, la originalidad creativa inicial y un mundo de elegancia sencillo y hermoso. También de un tamaño personal tan ideal, que es sencillamente recomendable para personas que huyan del gigantismo de las grandes naves. Dos comedores independientes ha colocado sus instalaciones en plantas inferiores. Frente al miedo escénico que producen las grandes lobbies el hall, de doble planta del Opera es sencillamente acogedor y hasta minimalista; y en donde hay una sabia combinación de espejos, mármoles blancos y bronces.
Salones sensacionales como Caruso, Sottovento, Cotton Club ofrecen ambientes adecuados a cada gusto. Destacamos La Piazza de Spagna, como uno de los más áreas más grandes, y que aloja en su entorno tiendas con artículos muy interesantes. Me sorprendió gratamente la joyería. El teatro del Opera fue diseñado en una época, en donde se imponían espacios de una sola planta. Si vamos a la cubierta once, encontramos dos grandes piscinas centrales que optimizan mejor el espacio para hamacas, que sus hermanos mayores.
Un buffet y restaurante “Al fresco”, ofrecen espacio suficiente para encontrar siempre una mesa libre en cualquier momento. Hay otros espacios geniales como la Discoteca Byblos, quizás el mirador mas hermoso de toda la nave y un Aurea Spa, que aunque ofrece masajes celestiales adolece de una piscina termal, y otros avances presentes en otros barcos de nueva generación. El gimnasio aunque tiene una localización óptima en la proa resulta insuficiente.