CROACIA EN L´AUSTRAL: Isla de Lokrum
Hoy tocaba la perla del Adriático, Dubrovnik. Cierto que es una imponente fantasía de piedra caliza, que se mantiene prácticamente intacta, tras las masivas rehabilitaciones después de la guerra. Lavadita, hermosa, brillante, se ha convertido en un atestado centro turístico. Recuerdo cuando la visité por primera vez hace años, antes de la guerra civil, cuando no había prácticamente turistas. Cierto que todo era en una especie de triste radiografía en colores sepia, en la época socialista: sin tiendas, restaurantes, y ni un solo turista. Era como volver al pasado. El mes pasado literalmente, cuando me pasee de nuevo por sus calles, los grupos inundaban cada esquina hasta el punto de andar a codazos. Una auténtica pena en la época del turismo masivo de cruceros.
L´Austral no se molesta en ir al puerto de cruceros. Es exclusivo hasta en los amarres. Directamente anclado enfrente de las murallas, usaremos el tender y entraremos por el antiguo puerto, como lo hacían los antiguos navegantes, cuando Dubrovnik bajo el nombre de Ragusa, era una potente república que rivalizaba con Venecia.
Volvíamos a dormir en la ciudad. Durante la mañana me refugié en descansar de la jornada anterior, dedicarme a los placeres de la lectura, y sobre todo descansar. Solo una fugaz salida a la ciudad para disfrutar de los famosos helados croatas, eso si en la heladería de la entrada del puerto, que es una de las pocas que aceptan euros.
Sin duda, no estaba agradable, pero la masificación resultaba soportable. A veces hay hasta nueve barcos en puerto, hoy solo cinco, siendo tres de ellos de pequeño porte. Sin embargo había larguísimas colas para subir a las murallas. Todo se reduce, a pasear por la Plaka, la calle que une norte con sur desde la Puerta Pile al puerto, visitando los puntos de interés como la Fuente de Onofrio, el Monasterio Franciscano y la Farmacia en el norte, y al lado de la puerta Pile, y luego la torre del Reloj, que domina la Plaka desde el sur de la ciudad, y pegado a ella, el Palacio Veneciano Sponza.
Torciendo a la derecha varios palacios y la catedral, sin dejar de curiosear el animado Mercado de la Plaza Gundulic, en donde es interesante comprar lavanda, frutos secos, bordados, y licores locales como el marrasquino. Mucha gente pregunta al ver dos tender iguales…¿que diferencia una premium de una generalista?. No la coqueta marquesina que teníamos en puerto con los sillones de mimbre, y agua y refrescos.
No es pura cosmética pija. Nuestros tenders eran frecuentes, aunque fueran medio vacios, los de una generalista, esperan con largas colas a que se llenen con la gente al sol. Premium: “se trata de los pequeños detalles”.
ISLA DE LOKRUM: Huyendo de la masificación
Después del almuerzo en el buffet, que hoy tocaba “Italiano”, quise ir más allá y explorar la Isla de Lokrum. Solo una puntualización sobre las excursiones. Hace tiempo, que no me había topado con un servicio más eficiente y personalizado. Me sorprendió ver grupos de tres personas, y ayer un pasajero se retrasó en el la experiencia kayak, fue trasladado sin cargo en un taxi privado. Todavía hay compañías, que son expertos en hacerte sentir especial. La Isla de Lokrum viene a ser uno los parques naturales más destacados de la ciudad. Justo enfrente, es lugar para huir del calor del empedrado, y bañarse en la rocosa costa, o en el “Mar Muerto”, laguna interior de la isla.
No es particularmente atractiva, aunque si con una colección trufada de atractivos curiosos, y que tienen un aspecto muy exotérico. Isla en donde se suicida el príncipe de Rodolfo de Austria, es lugar de naufragios, leyendas, y decenas de historias de fantasmas.
Entre los atractivos además de la vegetación tenemos las ruínas de un monasterio, sugerentes capillas, una enigmática fortaleza, un Lazareto, y una enorme cruz que marca un naufragio. Además de las historias sobrenaturales, como la que nadie puede dormir en la isla por miedo a una maldición, y realmente de noche el ambiente debe ser de lo más impresionante, entre los perpétuos cantos de los pájaros locales, el embite de las olas contra las rocas, y el viento soplando entre las fantasmagóricas ruinas.
DUBROVNIK: Solo cuando los barcos marchan
Quise probar Le Rodrigues, que pasa por ser el buffet de noche, con decoración especial, y ambiente de bistro francés, “al fresco”: Nada especial, salvo un buffet de mediodía con algo más decoración.
Y por supuesto paseo nocturno. Nada cambia, no hay cruceristas, pero si miles de turistas y croatas locales, en busca de marcha. Entiendo que el turismo rápido es una fuente de ingresos importantes, pero no a costa de sacrificar a la vieja Dubrovnik.
El ejercito Servio no consiguió destruir la ciudad, pero el turismo descontrolado lo conseguirá. Plazas invadidas por disc jokers locales, terrazas por todos los lados, hasta en las puertas de las iglesias, y un parque temático veraniego que rezuma agobio y saturación en cualquier esquina.
GALERIA DE LOKRUM Y DUBROVNIK
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