CITA CON LA MUERTE.
La muerte, como proceso natural de nuestra existencia, no siempre ha sido considerada como un tabú. Hay varias formas de afrontar el paso, y depende de cada cultura. Los países Mediterráneos y en especial Sicilia es un acto más social, que en las culturas anglosajonas. Hay una atracción turística en Palermo, que aunque parezca sacada de un cuento de Edgar Allan Poe, es visita obligada que las Catacumbas de los Capuchinos, que nos ofrecerá una visión natural, y hasta amable de la muerte. Una especie de confrontación con nuestros miedos más íntimos. Silvestro di Gubbio decidió en 1599 embalsar a la primera momia, y luego más de 8000 han ido decorando pasillos, paredes, en las catacumbas de los Capuchinos.
Tengo que reconocer, que tenía un cierto desasosiego antes de bajar al siniestro lugar. Cuando contemplas cientos de monias de mujeres, hombres y hasta niños de diversa procedencia y estrato social, te da la impresión de que pronto volverán a la vida. Al contrario lo que te puede parecer, sientes un enorme respeto y paz interior. Notas además que los Capuchinos ha sido excelentes embalsamadores, no solo en la conservación de muchas de sus momias, sino en mantener a raya los olores. Se pensaba que la técnica era extremadamente sofisticada. Una de las principales era el secado durante meses, y luego lavado con vinagre antes de ser vestidos y colocados en las catacumbas, para que sus familiares estuvieran más cerca de ellos. Hay varios grados de conservación, pero la última está especialmente lograda, la de la niña Rosalía Lombardo, que está intacta tras morir de gripe en 1920.