OCEANIA RIVIERA ¿Cocina americana, francesa u oriental?
No, no me he confundido con la foto de portada. Smart casual, o sea ambiente informal significa vestirse como uno quiere. En los restaurantes especiales y restaurante principal después de las seis de la tarde lo único que no tolerable es ropa de baño, pantalones cortos sandalias, ni vaqueros. La vestimenta perfecta es pantalón de pinzas y camisa. Chaqueta opcional. O sea sentido común.
Tres opciones gastronómicas distintas; tres restaurantes especiales del Oceania Riviera, tres apuestas sugerentes. Podemos cenar a la francesa, oriental, o cocina tradicional americana.
JACQUES
El genio de la gastronomía es el masterchef Jacques Pepin, que plasma su ingenio en JACQUES. Un precioso local, con aires de sofisticado bistro Francés.
No es una cocina elaborada, minimalista o de diseño sino la riqueza y contundencia de la gastronomía regional y universal del país galo. Toda la decoración es cuidada, sencilla y tradicional. Los panes de nuevo algo especial. Comencé con una Bullabesa; sabrosa pero con un ligero toque picante, y su pan con ali oli, un entrante de cangrejo con una salsa indeterminada y caviar. Para terminar el clasico universal pato a la naranja. Para coronar el festín, una mousse de chocolate bastante lograda.
POLO GRILL
No esperaba nada del POLO GRILL, sino un elegantísimo local a media luz, decorado con paneles de madera, cuero color burdeos, y especialidades de la contundente cocina americana. Las carnes y el Surf & Turf (langosta y carne) es lo más socorrido, pero mis opciones fue una bomba de sabor a base de remolacha y queso. La sopa de almejas de Nueva Inglaterra Clam Chowder muy suculenta, y para terminar la extravaganza de la langosta gratinada.
El Key West Lime Pie es es uno ver mis postres favoritos y aunque la textura y sabor eran notables, la base no estaba crujiente.
RED GINGER
Me faltaba probar el Red Ginger. Sutileza oriental pura. Los orientales suelen ser demasiado folclóricos, o con decoración achinada de todo a cien. No el Red Ginger, que con su sofisticada mezcla de rojos y negros significa fusión de cocinas orientales.
Su personal es ultra ceremonioso. Selección de los palillos, carta de tés orgánicos, y un menú con presentación cuidada. Los snacks a base de rollitos de cítricos, y sushi de atún perfectos. El pollo caramelizado aunque tenía una pobre y basta presentación era digno. Tengo que reconocer que los platos de las otras mesas, tenían una apariencia más sugerente y cuidada.
Volvió el diseño y la imaginación en el postre. Trío de helados de frutas tropicales servidos en trozos de bambú