Circuito gastronómico en Bergamo

Adoro Bergamo, y tenía varias horas antes de que mi vuelo saliese. Digamos, que es una urbe bellísima, por supuesto monumental, que me resulta especialmente cercana. Citta Bassa muy decimonónica, con sus «Borgos» medievales, y la imponente «Citta Alta», como un entorno monumental amurallado medieval, de esos en donde el tiempo se ha quedado parado. Sin coches, empedrado, y perfecta para pasear. Tras dejar la maleta en la consigna, subí en el teleférico.

Conozco bien la ciudad. Para el almuerzo, intenté reservar en la estrella por excelencia de Bergamo que es Il Agnelo d´Oro, pero estaba completo ese día. Pasareis por él obligatoriamente en la Via Gombito, desde el teleférico hasta Piazza del Duomo, corazón de la Citta Alta.

Es el típico restaurante tradicional, con una decoración «espesa», pero en donde se disfruta lo mejor de la cocina Bergamesa. En la misma calle, hay dos referencias: la Pastelería Messi en donde comenzaremos a ver el postre tradicional de la ciudad que es la Polenta, la Salumería y enfrente el Café Cavour. En ambos casos, con un decadente aspecto. Si buscamos un delicatessen perfecto la Salumería es todo un espectáculo.

Por supuesto no debemos dejar de tomar un cappuccino, en Il Tasso mirando la belleza de la Piazza del Duomo. Un par de cafés son especialmente perfectos para un snack rápido. Pero en mi caso, opté por Il Fornaio, en la Vía Colleoni, justo una de las calles que parte de la plaza central. Cierto es que las pizzas del escaparte son espectaculares, y también la pastelería-panadería interior. Pero el secreto está al fondo, en su buffet de aperitivos y en su bodega.

Por pocos euros, se toma un Spumante local francamente bueno, y las tapas son sencillamente perfectas al mismo precio. ¿Dónde terminé la jornada gastronómica?. Un poco más al fondo de la Vía, torciendo la derecha. En el patio del Circolino, en Via Agata se comen los mejores Antipasti Bergamesi, y la Pizzas más espectaculares de toda la ciudad.