GASTRONOMÍA: Sabores de Menorca


Cuando sobrevuelas la isla se te cae una especie de mito. Menorca es verde. Inusitadamente verde. No son los prados de Irlanda pero si algo diferente. La tramontana empuja la humedad del Golfo de León y lo convierte en un entorno particularmente fertil y generoso.
Muchos menorquines de toda la vida, luchan por la influencia de la Caldereta. A pesar de que las de la Cala Fornells sigan formando parte de la lista de imprescindibles de los turistas. Cierto que la pesca forma parte esencial, pero no en mayor medida que el campo.
Los muros de piedra que separan los campos menorquines hacen que el payés, use con inteligencia los campos en donde los cultivos rotan según uso, y temporada. Técnicas milenarias. Podríamos decir, que mar y tierra se combinan perfectamente, hasta usar productos de excelente calidad del cálido mar, y carnes de cerdo, caza como perdices, conejo, etc. Las verduras son el complemento perfecto, y preparadas de las formas más variopintas como las berenjenas rellenas. 
La influencia de varios países ha hecho que los británicos hayan dejado los puddings, ponches llamados Puny d´ous, y gin herencia de las mejores ginebras británicas. Se dice que la Mahonesa, que se preparaba en la isla desde tiempos inmemoriales, es un intento francés de comercializar como propio, una salsa fabricada en Mahón, llamada Ali Oli, a la que sacaron el ajo, por el gusto francés a prescindir de este ingrediente. Los árabes aportaron especias, pasteles sofisticados, y mucha almendra. 
Hay varias cosas que no deberías dejar de probar. Los embutidos siguen la tradición desde hace centenares de años, y se caracterizan de ser muy elaborados, contundentes y deliciosos. La  sobrasada es la aportación universal, y se toma en relleno, a solas, tostadas, empanadillas, rellenos varios, dulce o salada, hasta en la ensaimada. Como plato local, nunca se debe decir Ensaimada Menorquina, sino de Menorca. Es una lucha con la vecina Mallorca en atribuirse el invento. Embutidos en los que se usan pimienta, tomillo, romero, sal, hasta anís, canela, etc. Las butifarras son especialmente buenas, como la longaniza Camot/Cuixot de Ciudadela. 

Hay platos locales como empanadas llamadas Rubiols, o Flaons, además de la omnipresente coca menorquina. Un plato delicioso lo constituye los Feixets que son perdices rellenas, o las albóndigas de cabracho. El Perol, como plato vegetariano mezcla patatas y tomates en un láminas. La Oliaigua es una sopa particularmente rica. 
Los postres se basan en lo tradicional del Mediterráneo. Almendras, pastas, uso de cremas catalanas, y merengues de tipo italiano. En cadas esquina podrás tomar empanadillas rellenas de dulce y salado. Y galletas, pastas de todo tipo. La lista es amplia. Carquinyoli del Mercadal, Crespells, galletas de Alayor, pastissets varios, y Turrón del Mercandal. 
La isla produce pequeñas cantidades de vino, como Vina Sa Cudia, y Binifadet. El Queso de Mahón, es la aportación más universal. Denominación de origen, y con peculiar sabor, se debe a la sal marina que impregna los campos de una peculiar tonalidad gustativa. 

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