SILVER MUSE: Nuevo rumbo

Cuando la familia Lefebvre funda Silversea en 1994, quería crear una experiencia de gran lujo, individualizado, y en donde la personalización y exclusividad fuera la clave de un producto de alta calidad. Pronto se convirtió en la experiencia europea de lujo, más refinada, y para ello comenzó a operar con dos preciosas naves blancas boutique, de pequeño porte. El Silver Cloud y su gemelo el Silver Wind.

Los cruceros de lujo era algo mucho menos extendido que ahora, y solo un par de compañías pugnaban para hacerse con el galardón de «la más deseada». Hoy en día, el sector de los cruceros ha crecido, y hay más competidores en el mercado. Si los pequeños barcos boutique eran lo que dominaba el sector, hoy el tonelaje también ha aumentado.

Silversea necesitaba un nuevo rumbo. Más moderno, más grande, y con más opciones. Nacía el Silver Muse en primavera de 2017, e iba a ser la base de una nueva clase de barcos. El Moon, Dawn, o el propio Silver Spirit, que tras su alargamiento será otro barco de la clase. Y es que si miramos el Silver Muse, parte de la base del Spirit pero con más eslora.

Mis impresiones

Era un día luminoso, y el barco entraba en Coruña. Sentía una enorme curiosidad. Se veía grande, y esa era la idea. Son 40700 toneladas, 596 pasajeros, la compañía había dicho en sus «eslóganes», que la nueva nave representaba un cambio, hacia un «lujo sencillo y contemporáneo». Muchos pasajeros frecuentes, iba a intentar a adaptarse al nuevo rumbo. Lo que no terminaba de gustar es el tamaño, algo que podría dañar la exclusividad de la compañía.

Entré por la cubierta 5, y el enorme Bar Dolce Vita, daba una impresión de anodina uniformidad cromática. Adiós el sofisticado y tradicional estilo de los barcos más antiguos, que a todas luces parecen más cálidos y con más personalidad. Prefiero verlo todo para hacerme una idea global. Pasé por pasillos, y descansos de escaleras. Alfombras claras, paneles de madera color canela claro y ceniza, y arte de vanguardia en las paredes. ¿Era este el lujo casual que iba a imperar en Silversea en un futuro?.

En la misma cubierta 5 el gran teatro Venetian Lounge, a pesar de ser devastadoramente moderno, es interesantemente hermoso, y con un efecto wowww….destacable.  Cuando subí al Panorama Lounge, percibí más simplicidad. Tanto que me resultó tan atractivo, como un ferry escandinavo. Sentí cierta decepción.

Pero las cosas iban a cambiar. Se notaba que la compañía intentó hacer un barco en donde debían confluir lo nuevo y lo tradicional. Captar la atención de un pasajero más vital, moderno y activo, pero haciendo un guiño a sus tradicionales pasajeros, que echan de menos el clasicismo italiano al que estaban acostumbrados. Una especie de Dr Jeklyll y Mr Hyde, y reconozco que comencé a disfrutar del barco. La mezcla quedaba especialmente bien, por momentos.

Pasé de puntillas por el fastuoso SPA de la cubierta 6, que ofrece un tamaño increíblemente amplio para un barco de su porte, y resulta especialmente atractiva la cubierta de popa, con la zona de relax y una enorme piscina thermal. Y subiendo a la cubierta 7, el barco era hermosísimo, elegante y tradicional. Nunca encontré atractiva el buffet La Terrazza en los barcos antiguos. Oscuros, muy oscuros y ahora es tan luminoso, y brillante que parece un lujoso gastrobar de moda. Muchas opciones gastronómicas en sus islas, y presentaciones soberbias.

El Arts Café, es un nuevo concepto en donde uno puede relajarse, leer con un café especial, un panini, o agua premium. Mezcla de forma perfecta estilos hasta hacerlo estéticamente impecable. Como lo es el restaurante de degustación & show Silver Notes, muy sofisticado. El Humidor Connoisseurs Club pone el punto final perfecto a una zona del barco sencillamente sublimes.

Subí a la cubierta de la piscina, situada en la 10. Y de nuevo aburrimiento, aburrimiento, aburrimiento monocromático (no es en sí nada negativo). Un minimalismo que le quita sofisticación, pero tengo que reconocer que su piscina es tan larga, que es perfecta para hacer largos, y es una idea brillante. Además del Pool Grill, para las cenas «alfresco», el Silver Mute ofrece una pizzeria gourmet. En la 11 ofrece una observation lounge, llamada Tor´s Observation Library, que tiene una interesante y atractiva mezcla de estilos.

Quedaba bajar a la cubierta 4, y aquí es donde el Silver Muse brilla en todo su esplendor. Más opciones gastronómicas, y uno de los pocos barcos con restaurantes Relais & Chateaux. El tradicional restaurante principal Atlantide sigue manteniendo un regusto clásico. Sus tonos chocolate, lo hace especialmente sofisticado y refinado, pero no va de babor a estribor. Como otras compañías la compañía ha llegado a la conclusión, que el cliente ya no pide un único restaurante principal, y además del Atlantide, está el Indochine, de rabioso estilo conceptual, para sugerentes sabores orientales.

Dos pequeños restaurantes. El primer lugar el lujoso Le Dame, que ofrece la mejor cocina francesa, y un restaurante Japonés maravilloso. Solo por su gastronomía, merece la pena. Un gran barco, y un cambio de rumbo ornamental curioso, y brillantes por momentos.