VIETNAM: Halong Bay
Miro a mi barco junco, mientras el mascarón en forma de dragón avanza por las aguas casi estancadas color esmeralda de la Bahía de Halong, en pleno silencio. Pocos lugares de la tierra pueden ser tan plácidos. Un enjambre de botes van y vienen en medio de los tres mil islotes que forma la bahía.
De icono turístico vietnamita a uno de los paisajes más evocadores del mundo. Patrimonio de la Humanidad, te imaginas Halong como esos grabados sobre lacas chinas, representando paisajes fantásticos. En 1500 km2, este paisaje de la provincia de Quang Minh, es lugar turístico esencial por sus formaciones kársticas que surgen como terrones del azúcar del mar, aquí y allá.
Los dragones, no son un decorado baladí en los barcos juncos de la bahía. Son animales esenciales en la cultura vietnamita, y vinculados a la historia fantástica de Halong.
Se cree que enormes dragones vomitaron diamantes, que cayeron a mar, y se convirtieron en islotes, como enormes murallas para proteger a la zona de las incursiones de ejércitos enemigos. Hoy no hay ejércitos, sino millones de visitantes, que son contemplados con cierto escepticismo por los 1600 habitantes que viven en el zona, en cuatro pintorescas localidades de casitas flotantes: Cua Van, Hang Ba, Tua Cong, y Vong Vieng, todos ellos dedicados a la pesca.
La zona es todos un espectáculo para la vista. Si entras al amanecer por mar, como es menester, lo haces acercándote a una especie de reino perdido, e irreal. Una especie de fantasía verde, de enormes peñascos que salen de las aguas.
Si hay niebla, la escena es inquietante, porque es un universo amenazante en donde casi parece que hay algún monstruo marino, detrás de cada peñasco. La noche jamás ofrece una visión segura, y las formaciones se presentan fantasmagóricas.
No puedes dejar Halong Bay sin visitar algunas de las profundas cuevas que jalonan la zona, o darte un atracón de comida local, en cualquier barco restaurante que surca la zona.