10 Razones para hacer un cruce trasatlántico en el Queen Mary2
El empresario mercante anglocanadiense Samuel Cunard, visionó allá a mitad del siglo XIX, que el Atlántico Norte se iba a convertir en un transitado corredor entre el viejo y nuevo mundo. Tras fundar la naviera Cunard, comienza a operar con un vapor de casco de madera llamado Britannia. Había nacido una leyenda. Durante decenas de años, Cunard fue sinónimo de velocidad, seguridad y sobre todo lujo.
No obstante cruzar el Atlántico no era nada glamuroso. Una gran aventura que significaba unas condiciones de vida espartanas, y mares bravíos. El escritor Charles Dicknes hace el cruce trasatlántico, y maldice cada segundo de él. La explosión de la emigración al nuevo mundo, hace que poco a poco, se luche por ofrecer las mejores condiciones posibles. Se comienza a acuñar el término:
Cuando el avión comienza a relegar a los grandes barcos a los desguaces, y el Queen Elizabeth2, se retira muy pocos se creían que los colosos planes para recoger la rica herencia naval británica en un nuevo barco llamado Queen Mary2, se iban a materializar. Cuando el hermoso barco comienza a operar en 2003, pronto se convirtió en el barco de los sueños.
Cunard, como compañía de cruceros, en el seno de Carnival es todavía la única que mantiene el reto de cruzar el charco, con estilo, clase y glamour. Agoreros decían que era una experiencia romántica condenada a desaparecer. Hoy el negocio es boyante, y cruzar entre los dos continentes, es una experiencia crucerísta, que cualquier persona debe hacer por lo menos una vez en la vida. Llegar a Nueva York como hacían nuestros antepasados en un gran y tradicional transatlántico, tiene su «magia». Una forma tradicional y hermosa de viajar.
Para intentar convencerte, esbozo diez razones por las que compensa hacer un «Trasatlántic Crossing». Y solo en el Queen Mary2. No busque imitaciones. Una semana para fusionarse con el barco con más carácter del momento.
1.-El barco es hermoso
Si lo miramos desde el exterior, es un barco escandalosamente «guapo». Casco negro, chimenea roja le da pedigrí y clase. «Enamora». Una vez dentro, no es un mal intento de resucitar los antiguos barcos de época, sino que lo consigue con una cierta fidelidad. Hay que decir algo. El Queen Mary2, popularmente llamado QM2, no es un barco de crucero. Es el único trasatlántico que queda. Construído especialmente para afrontar los embites de las aguas del Atlántico, tiene un diseño peculiar, y casco reforzado.
La vida se hace en el interior, y en cada esquina se respira un nostálgico aire. Por momentos parece una reencarnación del antiguo Queen Mary.
2.-Tradición
Se decía que el antiguo Queen Mary, era el lugar más famoso para reunirse y socializar las clases pudientes. No había nada más civilizado y refinado para cruzar el Atlántico. Actores, actrices, políticos, deportistas y celebridades. Todos se encontraban en el Queen Mary. Decenas de cuadros, fotografías y parafernalia varia, decoran las paredes del gran trasatlántico Queen Mary 2. Al igual que paneles decorativos históricos, y pinturas de decenas de antiguos barcos de Cunard. Sobre todo, del gran del famoso pintor naval Stephen Card.
Un barco en el que aun, sus tripulantes portan la estrella de White Star, como sinónimo de excelencia en el servicio. La White Star, propietaria del Titanic era especialmente reputada por la calidad del servicio, y tras su fusión con la Cunard, se mantuvo su excepcional nivel.
3.-Comer en el Kings Court
No es un buffet más. Es un interesante compendio de cocinas étnicas, en donde suele haber platos españoles. Desayuno, comida, cena y diversas zonas abiertas en todo momento, posee también una restaurante temático que varía. Oriental, carne etc. Limpio, diáfano, sereno, y siempre todo impolutamente colocado. La distribución de sus islas es especialmente abierta y espaciosa. Grandes dispensadores de café, té y zumos, están abiertos casi a todas horas.
4.-Cena en el Britannia
Como el resto del barco es de Art decó, y tiene una potencia visual indudable. Dos niveles, y es el tradicional comedor, en donde cada noche disfrutamos de una gastronomía muy equilibrada, con muy buenas creaciones. Las carnes son perfectas, siempre con una amplísima selección de postres, primeros, ensaladas, aperitivos y segundos. Si el Carinthia Bar está dedicado a los vinos españoles y portugueses, podremos encontrar vinos locales también en sus restaurantes.
Con precios acorde a su categoría, la bodega es amplísima. La copa de vino de la casa suele costar 7 euros. Y como no podría ser de otra forma, la chaqueta es siempre esencial. Los códigos de vestuarios siempre son de cumplimiento obligatorio.
5.-Disfrutar del mar desde sus cubiertas exteriores
Cuando navegas durante ocho días. Esperas como en la antigüedad, que tras días de navegación se vislumbre con emoción la estatua de la libertad. Mientras tanto, compartes horas de observación marina. Un buen libro, disfrutar paseando por las cubiertas exteriores de 360 grados, y como los tonos de las aguas van cambiando a medida que nos acercamos al destino.
Abundan suelos y tumbonas de madera, y en la superior hay un inmenso espacio para relajarse, para que los perritos paseen (es el único barco con perrera), y disfrutar del aire libre. Siempre plagadas de tumbonas, ocupadas por personas tomando el sol, leyendo, o simplemente descansando.
6.-Tea time en alta mar
Allí donde fueren los británicos, su «Tea Time» es un ritual sagrado. En los barcos, antiguamente era algo para socializar, pasar el tiempo, pero también para recordarles que estaban como en casa. Con todos sus ritos, la té de la tarde en el Queen Mary2, con toda su pompa, se sirve en el gran salón Queens Room, al ritmo de música y baile. Como en cualquier hotel de moda de la capital británica. Unos scones divinos, la selección de la infusión es de una calidad excepcional, y los sandwitches y pasteles, magníficos.
7.-Entretenimiento sin fin
Los días de navegación en un trasatlántico pueden ser enormemente largos. Pero no en un barco como el Queen Mary2. El tiempo se pasa volando, porque hay una larga lista de actividades que se desarrollan a bordo; sobre todo teniendo en cuenta tres pilares básicos. La noche, en donde siempre hay algún acto celebrándose en la Queens Rooms, como cocktails, música, bailes de disfraces y fiestas varias. En segundo lugar, el enriquecimiento con conferencias con destacadas figuras, al igual que las clases, y seminarios de interesantes temas. Y en tercer lugar la Biblioteca. Una de las más extensas en cualquier barco.
Además, en las cubierta 4, su galería comercial, nos ofrece desde cosas básicas, hasta selección de marcas premium como Michael Kors, Barbour, Montblanc etc. El prestigioso Canyon Ranch Spa, uno también de los más extensos a flote, posee una inmensa piscina termal, zonas balnearias tematizadas, y una completa gama de productos de belleza, relax, y balneoterapia. Tres piscinas (una cubierta), perrera, varios puntos gastronómicos, y terminando por la gama usual de entretenimiento de cualquier crucero que van desde los Trivials, los bingos, clases del baile en donde se estila tener «hosts» de la compañía que sacan a bailar a las damas que viajan solas. Nobleza obliga.
Y como no, decenas de bares con música en vivo, de acuerdo a nuestras preferencias. Desde el gran salón Chart Room, el Govida Café, al intimo Commodore Bar en la cubierta 9, y en cierto modo tomando el testigo del Veranda Bar en la proa del antiguo Queen Mary.
8.-Camarotes más cómodos que los del Britannia
Dickens maldecía las comodidades del primer barco de Cunard. Las acomodaciones en el Queen Mary2, poco tienen que ver con los precarios camarotes de madera del Britannia. Mantiene una tradicional separación de clases. Los Grill (con restaurantes especiales y zonas dedicadas), se equiparan con cualquier barco de lujo del sector, y disponen de suites tan espectaculares que poseen dos niveles. Luego se ofrecen una amplia gama de acuerdo a todos los gustos, y presupuesto. No pude lograr una Suite para Singles, que han sido instalados después de su última renovación.
Viajar en una interior estándar, es una experiencia agradable. Los camarotes de tonos crema, son amplios y luminosos, y tienen detalles premium. No solo van desde los toques de azul «imperial», o los escudos en oro en los cojines, sino que ofrecen amenities de lujo de Penthaligon´s, alfobornoz y zapatillas, tetera y cafetera, galletas y chocolate Godiva, y una botella de espumoso tras nuestro embarque.
9.-British pub
El Pub es otro elemento que cualquier británico necesita tener como para sentirse en casa. En el Queen Mary2 parece sacado de cualquier barrio de una ciudad inglesa. Decoración tradicional con sillones Chesterfield, barras de madera, hasta dardos. La comida de pub es exquisita. Sobre todo servida amablemente por un camarero de Madrid. Cervezas, bebidas, sidras, a platos como Ploughmans Lunch, Fish & Chips sublime, o Sheppards Pie inmejorable.
10.-Uno de los pocos planetarios a bordo
Illuminations fue ideado como el primer planetario a bordo de un barco. En dimensiones y decoración es colosal. Aunque usado como cine, lugar de conferencias, es la cita obligada para un proyecciones de un planetario. Magnifico.
DATOS BASICOS DEL QUEEN MARY
Astillero Alstom Chantiers de l’Atlantique, Francia Puerto de registro 2004-2011: Bandera de Reino Unido Southampton, Reino Unido 2011-presente: Bandera de Bermudas Hamilton Bermudas Botado 25 de septiembre de 2003
Tonelaje 151 400 t de registro bruto Eslora 345 m2 Manga 41 m Calado 10 m
Cubiertas 17
Propulsión CODLAG • 4 motores diésel Wärtsilä 16V 46C-CR • 2 turbinas de gas GE LM2500+ • 2 pods de 21,5 MW Rolls-Royce/Alstom «Mermaid» fijos • 2 pods de 21,5 MW Rolls-Royce/Alstom «Mermaid» azimutales Potencia 117 MW (157 000 CV)
Velocidad 30 nudos (56 km/h)
Tripulación 1253 tripulantes
Capacidad 2620 pasajeros
Te felicito, un reportaje muy profesional, recuerdo nuestro crucero inaugural en el QM2, fueron 7 dias fantasticos, y otros 3 dias de pre crucero y 2 de post en N.Y. Y los 7.264€ muy bien invertidos☺️